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Análisis 'Final Fantasy X/X-2 Remaster'

  • Square Enix se despide de la célebre saga en PlayStation 3 y PSVita con la versión en alta definición de tan emblemático título.

Considerado por los eternos seguidores de la marca como el último Final Fantasy digno del título de clásico, no cabe duda de que Final Fantasy X supuso una auténtica revolución dentro del catálogo de PlayStation 2 y del género favorito de los japoneses. El increíble salto cualitativo que experimentó la saga  con el traspaso de bienes de PlayStation a su sucesora después de tres grandes entregas liberó a la desarrolladora de tabúes técnicos, acercando multitud de conceptos nuevos que encajaron a la perfección con las mecánicas que exigían los acérrimos del género. Una historia inolvidable, un sistema de batalla actualizado, un nuevo concepto de realismo apoyado por la arquitectura de la plataforma, voces para caracterizar a los personajes y muchos minutos de secuencias cinemáticas cercanas a lo que se pudo ver en el Séptimo Arte en la época fueron los ingredientes que Final Fantasy X ofreció a la sociedad. Ingredientes que, por supuesto, convencieron a público y crítica alzándolo como clásico instantáneo.

A partir de este momento, Square Enix comenzó a experimentar una serie de cambios dentro y fuera de sus oficinas. Movimientos arriesgados, cambios en las señas de identidad de la franquicia y un buen puñado de secuelas que, sin cuestionar su calidad, no han llegado a sobrepasar los índices que estableció la serie hace más de diez años. Fue precisamente el lanzamiento de Final Fantasy X-2, primera secuela oficial, el que inició este sinuoso camino que generó desconfianza entre los seguidores.

Y así, para despedir la generación de PlayStation 3, Square Enix ha preparado, de la misma manera que hizo con la serie Kingdom Hearts, una recopilación completa del arco argumental de Tidus y Yuna, ofreciendo por primera vez en Europa algunos contenidos exclusivos del público nipón y actualizando en materia técnica una obra que merece ser jugada por todos los seguidores del rol. Bienvenidos a Spira.

Dos juegos. Dos historias. Un mundo.

Final Fantasy X daba comienzo tras una fabulosa introducción en la que Tidus, personaje protagonista, se alzaba como uno de los grandes jugadores del deporte del momento: el Blitzball, un deporte de riesgo similar al fútbol pero dentro de una burbuja gigante llena de líquido. En pleno encuentro, y a punto de realizar una tijera, un ser desconocido arrasaba la ciudad y nuestro protagonista era trasladado hacia otro mundo en el que conocería a Yuna y Wakka, entre otros, que irían desenmascarando una historia dramática en la que el destino no siempre está de parte de los buenos.

Sin entrar demasiado en el guión, pues es el reclamo básico de la aventura, podemos decir que la esencia de Final Fantasy X se mantiene en esta edición. Un mundo que descubrir conociendo a personajes inolvidables mezclado con un sistema de combate y un árbol de habilidades que se mantienen frescos a pesar del paso del tiempo. Nos olvidamos por completo de los experimentos de Lightning en la trilogía Final Fantasy XIII y nos centramos de nuevo en unos combates por turnos donde tenemos todo el tiempo del mundo para planificar nuestra estrategia.

El sistema de combate se ve potenciado, a su vez, por un extenso tablero que hace las funciones de progresión de personaje. El tablero, que fue criticado en su momento, sirve para modificar los parámetros y la senda de cada protagonista en función de sus puntos de habilidad y movimiento, que iremos adquiriendo a medida que superemos las incontables batallas. Esto significa que Lulu, la maga negra por excelencia, por ejemplo, puede convertirse en una formidable guerrera si así lo deseamos, aunque tendremos que armarnos con paciencia para recorrer, casilla a casilla, los parámetros que necesitemos para lograrlo.

La trama argumental dio un giro inesperado tras la presentación de Final Fantasy X-2, donde una desconocida Yuna continuaba los pasos de Tidus desde su punto de vista en compañía de dos compañeras que no tenían reparo en enseñar su cuerpo y descaro en la gran mayoría de situaciones. Este súbito cambio de look, que cogió a la industria por sorpresa, sirvió para traer conceptos del pasado a la franquicia, como por ejemplo las profesiones, que fueron camufladas como vestimentas acorde con las nuevas personalidades de las protagonistas. A pesar de que el cambio fue duramente criticado sobre todo por el cambio de tono en el mundo original, la obra ofreció una continuación magnífica de la trama argumental, con cinco finales alternativos, un sistema de combate más dinámico y la posibilidad de descubrir los acontecimientos que ocurrieron después del original.

Novedades, ahora en alta definición

Para enlazar estos dos videojuegos, Square Enix ha incluido dentro de la compilación el vídeo Eternal Calm, una secuencia de larga duración en la que se explica qué ocurre tras el final de la décima entrega y que conecta perfectamente con la introducción del segundo proyecto. Además, y por primera vez en Europa, Final Fantasy X-2 llega con los contenidos que aparecieron exclusivamente en Japón, como son la expansión International Edition y Last Mission, que ofrece una torre interminable de 80 pisos en la que medir nuestras fuerzas sin ayudas ni segundas oportunidades.

Durante Final Fantasy X-2 exploraremos nuevos territorios y visitaremos parajes ya conocidos con elementos diferenciadores. Ahora las batallas son mucho más dinámicas y permiten realizar ataques de manera más rápida, esperando a que cargue la barra de movimiento y generando ataques encadenados que sumarán un mayor número de puntos. A su vez, los trajes que iremos adquiriendo a lo largo de la aventura hacen las funciones de trabajos con sus correspondientes habilidades, lo que suma un punto de diversidad y estrategia a las batallas además de algunas situaciones realmente divertidas.

Tanto Final Fantasy X como su secuela, como videojuegos de rol que son, ofrecen más de cincuenta horas de duración cada uno, y si queremos descubrir todos los secretos que esconden tendremos que saber que ese número de horas se multiplicará, sobre todo si tenemos en cuenta la gran cantidad de contenido que trae consigo esta edición.

Por otra parte, siguen sorprendiendo por su naturaleza las secuencias cinemáticas que acompañan los momentos más épicos de la historia, y hay que aplaudir la labor que ha tenido la desarrolladora a la hora de adaptar las entregas a la alta definición, con todo lujo de detalles y un mimo similar al visto en Kingdom Hearts. Además, al no estar anclados a un sistema con limitaciones, pues recordamos que las obras se estrenaron hace más de diez años, podemos olvidarnos de las odiosas comparativas en las que veíamos las versiones europeas funcionando a 50 hercios con unas bandas negras horrorosas que se comían un porcentaje elevado del televisor. En esta edición, como se esperaba, se han restablecido estas limitaciones y se han revisado uno a uno los gráficos para que visitar de nuevo Spira sea una experiencia totalmente nueva.

No hablamos de un filtro mejorando la resolución y algunos detalles gráficos, sino que hablamos de una reedición completa que, si bien es cierto deja entrever las limitaciones de la época (como las animaciones y las expresiones faciales de los personajes), convence gracias a su factor nostálgico. La banda sonora, a su vez, ha sido ligeramente retocada y remasterizada para aprovechar la potencia de PlayStation 3 y darle al jugador una experiencia audiovisual más certera. Las voces, por supuesto, siguen estando en inglés con subtítulos en castellano.

Lo mejor de todo es que estamos delante de un clásico que podremos disfrutar tanto en PlayStation 3 como en la portátil de Sony, PlayStation Vita, gracias al cross-buy que ofrecen las plataformas. A precio reducido, Final Fantasy X/X-2 HD Remaster llega en un único disco para la sobremesa japonesa mientras que para la portátil llega la obra original en formato físico junto a un código descargable para disfrutar de la secuela.

En definitiva, Square Enix revive uno de los clásicos de la serie Final Fantasy de la mejora manera, adaptándolo de manera notable a las exigencias tecnológicas del momento y proporcionando ese sabor añejo que parece extinto en las nuevas obras de la compañía. Los contenidos exclusivos dejan de serlo en Europa, por lo que sirven de excusa para volver sobre nuestros pasos y disfrutar de uno de los mejores videojuegos de rol de la historia.

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