Toros

La terna ofrece una bonita tarde de toros en el festival de Tarifa

  • Ruiz Miguel, Padilla, Paquirri, Curro Díaz, Escarcena, Vega y Galván salen a hombros en una tarde en la que la afición llena la plaza para una buena causa

La plaza de toros de Tarifa vivió ayer un bonito festival taurino a beneficio de la Hermandad de la Virgen de la Luz y de Cáritas. La afición respondió a la llamada de la solidaridad y llenó los tendidos del centenario coso. Y todo para ver un cartel atractivo, con seis toreros de distinto corte, un joven novillero y seis astados de diferentes ganaderías.

Abrió plaza Ruiz Miguel, alma mater de la organización del festival junto al empresario Curro Escarcena. El diestro de La Isla demostró firmeza y técnica ante un toro de Cuvillo que se desplazó con clase pero que pronto se apagó en la muleta.

Padilla se las vio con un toro de Fuenteymbro, bien presentado, complicado y con problemas en la vista. El torero jerezano anduvo seguro y tiró de oficio para tragar delante de un animal con mucho que torear.

En tercer lugar salió una novillo de Carlos Núñez al que Rivera Ordóñez entendió desde que se abrió con el capote, luego en banderillas con el que dio espectáculo y en la muleta al que le cuajó una faena de recursos y variada.

Curro Díaz dejó los mejores lances de la tarde con el capote al recibir al cuarto animal. El toro de Domecq no duró mucho pero lo suficiente para que el de Linares dejara detalles de buen toreo.

El linense Curro Escarcena cuajó una notable actuación ante un toro con mucho que torear y al que entendió con la muleta. La pena fue que se entretuvo con la espada.

Salvador Vega quiso hacerle las cosas bien al quinto de la tarde , un toro de Salvador Domecq sin clase. Vega se mostró en todo momento firme, por encima del toro. Se estiró bien con el capote y remató una faena protagonizada por la aspereza del toro con una gran estocada.

Cerró la terna el novillero David Galván lo intentó ante un novillo de Miguelín deslucido con el que estuvo firme y con las ganas propias de un novillero.

Padilla regaló el sobrero al que toreó con sus compañeros y al que le hizo una faena de interés.

La terna salió a hombros después de cortar todos orejas y ofrecer una bonita tarde de toros. Larga vida a este festival, donde la gente respondió a pesar de la crisis. La causa merecía la pena.

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