El joven matador de toros sevillano Miguel Ángel Delgado (Écija, 1990) ha encajado con toda naturalidad la segunda cornada que sufrió el pasado sábado en el muslo derecho, con heridas de 15 y 10 centímetros, respectivamente.

El torero, que pasó la tarde en la habitación 152 de la clínica Sagrado Corazón, acompañado de varios familiares, entre ellos su padre, el banderillero Pablo Delgado -perteneciente a la cuadrilla de Sebastián Castella- asumía el percance sufrido el pasado sábado en la Real Maestranza, como uno de los "gajes del oficio".

Sedado "por los fuertes dolores que he tenido la pasada noche, aunque no tengo fiebre", explicaba: "Espero salir cuanto antes de la clínica. Si todo marcha con normalidad yo creo que me pueden dejar marchar a mi casa mañana mismo -por hoy-. Allí seguro que me pongo bien en pocos días. Incluso en un par de semanas tengo que estar ya restablecido, toreando de salón y entrenando. Afortundamente, estos días no tenía corridas contradas".

Miguel Ángel Delgado prosiguió: "El toro me cogió de manera tan rápida que me hirió sin enterarme. Cuando me quise dar cuenta ya me había calado. Pero ya digo, todo marcha bien". En cuanto a l juego del astado y al del encierro de José Luis Pereda, afirma: "Ni ese toro ni la corrida fue buena. El torero sevillano, que debutó el pasado sábado como matador de toros en el coso del Arenal, indicó: "Es mi segunda cornada. Mi bautismo de sangre fue en el gemelo izquierdo y estoy preparado mentalmente para todo lo que conlleva mi profesión".