No hubo memorables mensajes patrióticos ni apelaciones a los sentimientos de la familia que calaran como en otras ediciones. Las agencias tomaron por la vía del humor, sin gran chispa, y faltaron cameos millonarios en esas apariciones tan estelares. El intermedio de la Super Bowl número 50 bajó el nivel en presupuesto y en imaginación aunque la cadena CBS cobrara a precio de uranio enriquecido, 5 millones de dólares por 30 segundos, estas apariciones rebajadas en presupuesto de escenografía. También bajó ligeramente la audiencia, 112 millones (frente a los 114, récord, de 2015).

Turkish Airlines optó por recrear un Gotham idílico en el universo de los superhéroes, tan de moda, mientras que Coca-Cola fichaba la aparición conjunta de Hulk y de Ant-Man para anunciar una lata de pequeño formato. Fueron dos muestras de la recreación por ordenador, que trajeron tanta sorpresa al espectador estadounidense (de paso, a través de las redes y portales de vídeos, a todo el mundo) años atrás. Los efectos por ordenador sustentaban el gag, de tibio impacto, de una parturienta cuyo bebé quiere salir inmediatamente por la afición a los Doritos, un aperitivo clásico de la fecha. En el domingo de la Super Bowl, con esos 112 millones de norteamericanos pegados a la pantalla y a la mesa, se despachan además 64.000 toneladas de guacamole. Por eso estaba ahí el anuncio de los Aguacates de México. Fue tal vez el spot mejor realizado (aunque de gag también muy simple) con unos extraterrestres que repasan lo mejor del patrimonio terrícola.

En cuestión de cameos el más divertido e impactante fue el de Willem Dafoe. El actor dramático, de tan duras facciones, se convirtió en un émulo de Marilyn Monroe para anunciar las chocolatinas Snickers. El por ahora futbolista del Barcelona Neymar también apareció por el fastuoso segmento con un spot de la franquicia de comida texmex Taco Bell y Alec Baldwin estuvo al frente del mensaje de Amazon. Steven Tyler, del grupo Aerosmith, protagonizaba otro efectista anuncio de los caramelos Skitters, con un cuadro de esta golosina que cobraba vida. Chistes muy enfocados a agradar al público generalista local y asegurarse algo de memoria entre el público sin causar demasiado escándalo, como sucedía con las actuaciones de ese mismo intermedio a ras del californiano estadio de Santa Clara. Lady Gaga, con vozarrón, fue la que abrió la cita con el himno sobresaliendo aún más que Coldplay, Mars y Beyoncé.