Paco Lobatón · 'La mañana de La 1'

"No me siento estigmatizado por 'Quién sabe dónde"

  • El periodista jerezano cuenta con una sección sobre desaparecidos En España se dan 14.000 casos al año.

Al igual que hace 23 años, cuando se estrenó Quién sabe dónde, Paco Lobatón abre de nuevo una ventana en TVE para buscar personas desaparecidas. Le resulta imposible ser ajeno a ese sufrimiento y confiesa que no se siente estigmatizado con el hecho de que se le identifique con el histórico programa. "Me siento honrado. Todas las energías que tengo y que me puedan quedar las voy a dedicar a intentar ser útil en ese sentido", ha reconocido el periodista jerezano, que regresa a la cadena nacional después de 16 años en otros proyectos. ".

-¿Por qué ha regresado a un formato similar, pero en las mañanas de La 1?

-Siempre he estado activo en todo este tiempo y en realidad he estado en intermitente retorno allí donde ha habido una posibilidad de presión, no sólo por la posibilidad de expresarme profesionalmente, sino también para dar difusión del tema de las personas desaparecidas. Eso es lo que me lleva de una manera concreta a este espacio y lo hace a través de una petición a la dirección de TVE para dar apoyo y soporte a la Fundación Europea por las personas desaparecidas (QSD Global) que he puesto en marcha junto a otras personas. Pedir apoyo para la difusión de esta fundación me da esa posibilidad: abrir una ventana.

-¿Existe la posibilidad de recuperar el programa Quién sabe dónde?

-Sí, pero lo que yo quiero es que tengan visibilidad las situaciones que viven las familias. La fundación es una herramienta, pero sin el apoyo de los grandes medios, su travesía sería muy larga y difícil y no sería lo suficientemente útil para que sea real y no simbólica.

-¿En el panorama actual televisivo echa en falta programas de ese tipo?

-Sí, manifiestamente. Quién sabe dónde fue el punto de llegada y el espacio de exposición y resolución de muchas de estas situaciones; llegamos a tener 10.000 peticiones de búsqueda y atendimos más de 1.500 en antena. Cuando desaparece el programa no existe ninguna otra fórmula televisiva que lo sustituya, salvo alguna cosa esporádica. Pero tampoco existe en el ámbito de la Administración ningún lugar al que esas familias puedan dirigirse. Y lo que sí sigue habiendo es un cómputo anual de entre 14.000 y 20.000 denuncias por desaparición de personas que no se atiende.

-También trabaja para el canal de pago Crimen e Investigación, y lo hace con el mismo objetivo: encontrar personas desaparecidas, una labor a la que parece que se ha entregado en cuerpo y alma...

-Para mí ha sido imposible tener conciencia tan cercana y tan profunda de este sufrimiento y ser ajeno a él y por eso durante estos años he tratado de ayudar a título personal, y en cuanto me ha sido posible reunir otras fuerzas, ahora con la fundación, intentar abrir todas las ventanas posibles. Quién sabe dónde trajo hasta mí esta parte de la realidad tan sumergida, y ahora mi esfuerzo personal y profesional vuelve la mirada a ese universo como un objetivo. Y no sólo no me siento estigmatizado, sino que me siento honrado con esa identificación y trato de corresponder a la expectativa que tienen las personas que pasan por esa situación.

-¿Qué visión tiene de la información de sucesos que se está haciendo en televisión?

-Muy espasmódica. Está configurada en torno a grandes eventos que convocan programas especiales o tratamientos especiales durante horas y horas, semanas, a veces meses. No hay más que recordar los recientes casos de Marta del Castillo o los niños de Córdoba.

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