ricardo castella. actor y cómico

"En la televisión sólo funcionan los números"

  • Su nueva obra de teatro con Ángel Martín, 'Love Pain Love', se estrena mañana en Granada

Dejó la carrera de Ingeniería de Telecomunicaciones para dedicarse a la comedia. Ricardo Castella empezó su trayectoria como monologuista en Paramount Comedy, canal en el que condujo el programa de entrevistas Nada que perder, coordinó Central de cómicos y grabó ocho monólogos con su característico humor negro y pesimista. Al frente de este espacio, descubrió a muchos de los futuros talentos del humor español. Incluso llegó a ser director de monólogos en esta cadena. En 2010, Paramount Comedy le dedicó un especial Pata negra, un formato creado por él y Juan Diego Martín. Ese mismo año, en verano, se unió temporalmente al equipo de Sé lo que hicísteis. En 2011 estrenó obra de teatro con Ángel Martín, copresentador del mítico programa de zapping de La Sexta. Nunca es tarde fue un éxito y suscribió una extensa gira por toda España. Por eso, tras finalizar su participación en la serie Algo que celebrar, que no ha sido renovada por Antena 3, Castella vuelve a la carga con Ángel Martín y una disparatada comedia hollywoodiense de amor, Love Pain Love. Mañana se estrena en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Granada.

-¿De qué va su nueva obra de teatro, 'Love Pain Love'?

-Es una historia de amor al más puro estilo Hollywood. Nosotros decimos que estamos de 'okupas' en casa de los Bardem y Banderas y que hemos venido a enseñarles al público una posible película que podría rodarse allí, en la meca del cine. Para ver si les gusta y eso, o no. Vamos, un auténtico despropósito. Nosotros somos así.

-Con 'nosotros' imagino que se refiere a Ángel Martín, ¿no? A su otra mitad en esta obra de teatro.

-Eso es, muy bien dicho, Ángel es mi otra mitad completamente. Con la anterior obra que hicimos estuvimos tres años de gira. Queríamos saber si éramos capaces de repetir ese éxito. Ángel me complementa. Además, hacer una de amor, una peli de amor me refiero, muscula el corazón. Está siendo como ir al gimnasio... emocionalmente, claro.

-No me extraña que repitan trabajando juntos. Ángel y usted hacen muy buena pareja... profesional.

-Y fuera del trabajo también (risas). Pero empezó siendo mi media naranja y, no crea, que ahora se está volviendo cada vez más ácido, ja, ja, ja. Es lo que tiene compartir tanto tiempo juntos. Los cómicos estamos muy solos, no tenemos en quién apoyarnos, éste es un mundo muy competitivo. Necesitamos alguien a quien gritar. La soledad nos hace darnos a la bebida a veces. Ángel y yo nos encontramos y ya no hemos vuelto a separarnos. De momento, al menos.

-En el teatro, al menos, les dejan hacer lo que quieren, ¿no? Porque en la televisión está el panorama regular. Ahí está su serie, 'Algo que celebrar'. Tuvo su audiencia aceptable y aún así la cancelan.

-Síii, yo digo que fue una serie de éxito pero no de suficiente éxito. No tanto al menos para renovar. Pero la tele es así, en la tele sólo funcionan los números. Están unos señores en su despacho que saben muchííísimo más que nosotros y dicen que no merece la pena continuar, y nosotros a acatar.

-Bueno, para eso tienen el teatro; para desahogarse.

-Desde luego. La ventaja del teatro es que no depende tanto de hombres con chaqueta. También un poco, pero menos.

-Volviendo a su obra. ¿Cómo se atreven con un musical?

-Hacemos toda la banda sonora en directo, sí. Tiene mérito. Hacer un musical con tan poco mérito tiene que tener algún mérito.

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