TV-Comunicación

Sobre todo, la cadena entretenida

  • Concursos y programas de humor han jalonado el cuarto de siglo, en continua revisión, de Antena 3.

Alfonso Arús se colocaba una ensaimada y ponía cara de estreñido para imitar a El Cordobés. O se ponía los dientes postizos y, vestido de amarillo, se lamentaba de su suerte. Al ataque, en 1992, fue un formato bien barato de la etapa de Manuel Campo Vidal al frente de Antena 3 (Grupo Zeta) que se convirtió en la primera cantera de latiguillos y personajes, surgida en principio de la radio, para esta cadena privada que desde 2003 es propiedad de Planeta y está centrada desde hace cinco años en espacios de vocación familiar. Valls o Juanra Bonet, que hoy están de cumpleaños, son firmes herederos de los concursos diarios que desde el primer momento anidaron en esta cadena, estrenada con La ruleta.

El reportero de Al ataque, Javier Cárdenas (ahora en Europa FM), se encontró con Carlos Jesús y una galería de frikis con la que el entretenimiento televisivo en España abrió una senda que llegaba hasta la jungla de Sálvame. A Antena 3 le costó unos años cristalizar una parrilla de entretenimiento, su especialidad, que ha marcado su historia. Más allá del puro magacín y del corazón, la especialidad es el entretenimiento en forma de humor, como los chistes de Genio y figura; o en forma de concurso o talent, desde Lluvia de estrellas a Alta tensión y, ya con los famosos incorporados, Furor, cuando se acuñó el término "minipunto" entre chillidos, como en ¿Cantas o qué?. La audiencia no ha terminado de identificarse con el reality en el número 3 (con fiascos como Estudio de actores o El castillo de las mentes prodigiosas), pero ante la rotunda competencia de Telecinco han funcionado formatos como La isla de los famosos o La granja. Lo que necesitas es amor y Sorpresa, sorpresa, anticipos del reality en forma de talk show, vislumbraron la experiencia anónima, de manera visceral, ante las cámaras.

Cuando hace 25 años iniciaba sus emisiones Antena 3 el espectador español tenía como pináculo del entretenimiento estelar al Un, dos, tres, programa comparativo con todo lo que se fue estrenando. Mientras Telecinco dio con la tecla con el VIP traído de Italia, a Antena 3 le costó un cambio de accionariado atraer al gran público y liderar las audiencias. El Gordo, con José Coronado y Los Morancos, fue el primer gran concurso de la cadena unida a La ruleta de la fortuna, pero no sería hasta pasados unos años cuando, con porción generosa de presupuesto, fueron cuajando programas como El juego de la Oca, segunda oportunidad para Emilio Aragón en este canal tras Noche-noche, Lluvia de estrellas o el concurso de compositores chirigoteros La parodia nacional. Entre los delirios, el Scavangers espacial que presentaba Bertín a modo de gladiador.

Telefónica desbancó a Zeta al frente de la cadena, timón para el macroproyecto de Vía Digital, y de esta época son los bocadillos de pelo de Factor Miedo (adaptación de Fear factor); pero también el reality El Bus, que no fue mal pero tuvo mucha menos repercusión que el recién estrenado Gran Hermano; o el Trato hecho, también con Bertín, con el formato estadounidense de donde Chicho copió descaradamente su subasta del Un, dos, tres.

Arús tuvo salpicados sucesores afortunados, aunque ninguno en el late-night (Factor F, La Central, UHF), hasta la llegada de Buenafuente, con El Neng y la Niña de Shrek. Homo Zapping, también de El Terrat de Buenafuente, parodia de toda la televisión, fue uno de los mejores exponentes. Tu cara me suena ha sido el formato más exportado del último decenio y la revelación más sonada, Risto Mejide, en El invento del siglo. Un programa fugaz para un tipo sagaz. En esta temporada Antena 3 busca un nuevo esqueleto de entretenimiento en prime time tras pinchazos como Los viernes al show.

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