Desde mayo del año pasado está al frente de Las mañanas de Cuatro y vive un duelo diario frente Al rojo vivo. Con la presencia de Jesús Cintora la audiencia se ha interesado por sus palpitantes tertulias políticas hasta superar el millón de espectadores en una difícil franja.

-¿Cómo ha llegado Las mañanas de Cuatro a ser un referente para el espectador?

-Trabajando mucho, fundamentalmente. Y arriesgando, no siendo conformista. Eso también quiere decir que tengo un equipo que se vuelca con este programa, que lo hace de manera fresca, que no rehuye de ser atrevidos. Particularmente yo les digo que me levanto a las cinco de la madrugada para ir teniendo toda la información e ir haciendo así las cosas distintas. Siempre digo que el mejor programa está por hacerse todavía.

-¿Qué le mueve cada día?

-La materia prima son las inquietudes de la gente. Eso lo refleja ya el CIS: el paro y la corrupción. Son las cosas que inquietan a los españoles. Gürtel, los ERE, Urdangarín, la tarjetas, la Púnica... La gente está viviendo un moment0o histórico, un contraste muy llamativo entre los que se lo han llevado crudo y los que no tienen para llegar a fin de mes. Ese contraste necesita un altavoz. La gente tiene derecho a verse reflejados en un programa y sin miedo.

-¿Eso siempre ha sido así por parte de los medios?

-Muchas veces los problemas ocurren y se les da la espalda. Siempre se ha contado la corrupción, pero siempre es más arriesgado hablar contra el poder.

-Pero ahora no es que sea necesario contar todo eso, sino que es imprescindible...

-Lo es, lo es. Y es la labor de los periodistas. Siempre se ha hecho en este país un buen periodismo. Y lo peor es que hay periodistas que quieren contar y no tienen trabajo.

-El nombre de su programa está unido al de Pablo Iglesias.

-La gente se pregunta por qué ha surgido Pablo Iglesias. Pues porque en este programa no nos conformabámos con traer al del PP y al del PSOE. Había que dar voz a otra gente, pero antes de surgir lo de Podemos. Pablo Iglesias no era ni de uno ni de otro, pero contaba cosas muy cercanas a lo que habíamos oído en el 15M. Un programa como este tiene que tener olfato, estar al pie de la calle y dar voz a gente que quiere dar una opinión distinto. Y por eso ha venido Pablo Iglesias, pero también los de IU, de UyPD o de Ciudadanos.

-Hay quejas de que Cuatro y La Sexta han encumbrado el fenómeno de Podemos.

-Pablo Iglesias era contertulio aquí antes de ser político. Aquí no hemos encumbrado a nadie. También venía aquí Granados y ahora está en la cárcel. Le llegué a preguntar si tenía dinero Suiza y él dije que no. Después dejó de venir... Si hablamos de presencia mediática, lo llamativo no es que demos voz a Podemos, sino que no les dé voz la televisión pública.

-¿Dónde encontró a Iglesias?

-A Pablo Iglesias lo vi en youtube. Y también estuvo aquí Pedro Sánchez antes de liderar el PSOE. En mi programa 1 de Las mañanas de Cuatro estuvieron Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Alberto Garzón, Albert Rivera y Pablo Casado, del PP. Es decir, estuvo otra generación que el tiempo ha puesto en un sitio más preferente. Yo simplemente apostaba por dar voz a gente joven, distinta. Ha habido también un punto de azar...

-¿Todo lo ocurrido es el desgaste de una generación?

-Lo que está claro es que no pueden haber tantas desigualdades, tanto paro, no puede haber tanta corrupción, no puede haber una justicia que funciona tan mal. En todos estos años todavía no se ha cerrado un juicio sobre la corrupción que se ha destapado.