TV-Comunicación

Maestros y genios de la creación ficcional

  • 'Breaking Bad' o 'Mad Men' son series de éxito gracias a sus artífices, los 'showrunners'.

Los actores permanecen en sus posiciones: unos, detrás de las cámaras; y otros, sobre el escenario, suntuosamente decorado para la ocasión. Son el centro de atención de innumerables objetivos que se fijan en cada uno de los movimientos que ejecutan. Juego de luces y sombras por aquí, cambios de planos por allá; la escena en la que todos están presentes se graba una y otra vez, hasta que una persona, rodeada de una multitud compuesta por técnicos, apuntadores, actores secundarios y directores, asiente con una leve sonrisa que denota más satisfacción que otra cosa. Es el showrunner.

Son los guionistas, creadores y productores ejecutivos encargados en el mundo de la ficción de velar por cada detalle, supervisar y asegurarse de que todo está correcto y marcha a la perfección. Esa es la tarea en última instancia que debe emprender un showrunner, un protagonista mucho mayor que los propios actores o incluso el director, que en ocasiones sólo es un invitado para aportar pequeños matices y sus conocimientos en el rodaje de una serie. No es la única tarea que desempeñan estos maestros de la creación; controlan el día a día de la producción, tanto lo que ocurre delante de las cámaras como lo que sucede detrás de las mismas, tratan de mantener la coherencia de las tramas y acuden a todo tipo de reuniones, como aquellas en las que tienen que negociar con la cadena para fijar presupuestos y pautas.

Normalmente se le reserva este papel a una única persona, pero en proyectos titánicos, a consecuencia del estrés y la multitud de actividades, el rol lo desempeñan varios compañeros: guionistas ante todo porque son los que mejor conocen el argumento y lo que va a suceder en la historia.

El cosmos del showrunner orbita en la incertidumbre; pocos o casi nadie entienden un término que comenzó a cobrar constancia en el lenguaje audiovisual hace relativamente poco. Por ello, Canal+ Series, tomando un cauce educativo, estrena esta tarde (20.00 horas) una serie dedicada a los showrunners de las ficciones más prestigiosas del momento. Creadores prodigiosos consta de una temporada de seis episodios, donde creadores y guionistas de las series más premiadas e innovadoras se dan cita para, con declaraciones propias y aportaciones de críticos, destapar un poco la función de estas personas que tienen el control creativo.

El rotundo éxito de Breaking Bad en los pasados Emmy y la sobresaliente crítica recibida por su trabajo visual, planos y los detalles patentes en sus 62 capítulos convirtieron a su creador, Vince Gilligan, en uno de los showrunners más conocidos, además de su innegable prestigio. Gilligan será el protagonista del capítulo cinco de Creadores prodigiosos, y con él se realizará un análisis introspectivo de su trabajo en el drama protagonizado por Bryan Cranston y Aaron Paul.

No será el único. La serie abre con un recorrido sobre el megaproyecto de Matthew Weiner con Mad Men. El múltiple ganador de premios Emmy escribió también la quinta y sexta temporada de Los Soprano. Sin embargo, su mayor mérito es la historia que gira en torno a una agencia ficticia de publicidad de los años 60, debido a su estilo visual, diseño de vestuario, actuación, guión y dirección; retos todos asumidos y solventados con éxito por Weiner y su Mad Men. Desde ahí, Jenji Kohan (Orange is the New Black), Aaron Sorkin (El ala oeste de la Casa Blanca), Terence Winter (Boardwalk Empire) y Louis C.K. (Louie) completarán una season haciendo honor al distintivo de maestros creadores.

Ser showrunner no es nada fácil. Los guionistas están expuestos a cualquier contratiempo que se produzca en el set o fuera de él. Incluso enfrentamientos con sus actores, como el famoso conflicto entre Chuck Lorre con Charlie Sheen durante Dos hombres y medio. Un Lorre que, por cierto, navega con tres producciones en antena, lo que le obligó a cederle el testigo de productor ejecutivo a sus compañeros. No se libran tampoco de los encontronazos con las cadenas Alan Ball (A dos metros bajo tierra), Sorkin (The Newsroom), que han tenido sus más y sus menos, o David Simon (The Wire), y David Milch(Deadwood) como guionistas que no admiten cortapisas en sus guiones.

Tal vez por esta forma tan peculiar de echarle un pulso a los canales adquieren la fama de la que disfruta, por ejemplo, J.J. Abramas (Lost). Si Oliver y Benji fueron magos del balón, ellos son auténticos magos en lo suyo: articular y coordinar cada elemento para que la serie llegue a buen puerto cada semana.

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