Pedro Temboury. Director de 'Monopatín'

"Los reyes se pusieron a regalar Sancheskis en el 77"

  • El malagueño recorre la historia del 'skateboard' en España, con un documental que se estrena en Canal + 1.

Pasión por el cine de palomitas, por los subgéneros y los títulos de serie B. El cineasta malagueño Pedro Temboury es el director de dos películas con nombres tan llamativos como Karate a muerte en Torremolinos y Ellos robaron la picha de Hitler. Esta noche estrena en Canal +1, a las 22.30, un documental diferente, Monopatín, que recorre la curiosa historia del skate board en España, desde aquellos Sancheskis de madera a la eclosión vivida en los 90 de un deporte cuyas habilidades extremas ha dado incluso títulos internacionales con nombre español.

-¿Cómo parte esta historia sobre ruedas?

-Comienza con la patente de Sancheski en el 66. Contamos cómo se traslada a España esta actividad, cómo se difunde lo que se llamaba street surf o cómo esta firma vasca se inventa el término español "monopatín". El documental recorre del 72 al 86 y también habla de la evolución social en el País Vasco o Cataluña, donde fraguó más esta afición.

-Prácticamente todos los niños de barriada de los 70 tuvimos un Sancheski. O un Amaya...

-Pues entonces este documental os va a emocionar. En el 77 los reyes magos se pusieron de acuerdo y regalaron miles de Sancheskis de plástico, lo que se llamaba los Tops Naranja. En algunas ciudades lo que se consideraba un juguete pasó a ser un deporte, a construir sus rampas. En Estados Unidos nació como un juguete a finales de los 50 y con la explosión del surf se perfecciona este invento, que simula el surfing con la tabla con ruedas. Sancheski, que hacía ropa de montaña, decidió traer la patente aquí porque salía entonces muy caro importar los monopatines. En Málaga incluso hubo una marca, que se llamaba Charly Board. El primer skatepark se inauguró entonces en la barcelonesa Arenys de Munt...

-¿Tenían calidad nuestros primeros monopatines?

-No estaban mal, eran para niños, pequeños. Eran para patinar, no para hacer deporte. Los distribuidores españoles comienzan a traer monopatines estadounidenses a mediados de los 80 y comienza entonces a asomarse la profesionalización.

-¿Quiénes eran los pioneros en este deporte?

-Auténticos románticos. Hemos hablado con José Antonio Muñoz Cuéllar, el propietario del primer local español dedicado al skate, Caribbean, que aún sigue en pie en Madrid. A muchos chavales que formaban parte de los primeros equipos. Tenemos el recuerdo del primer skatepark de Madrid, que lo enterraron para poner ahora dos pistas de pádel.

-Todo contado con cariño...

-Tenemos una perspectiva de respeto y de cariño por todos esos inicios. Ahora todo es más fácil, hay mucho dinero, muchas marcas patrocinadoras. Costó que este deporte fuera reconocido. España ha dado grandes skaters pero al principio se pensaba que sólo era para niños. Quienes abrieron tiendas o fabricaron rampas crearon las bases de lo que es ahora este deporte. Hace treinta años había jóvenes que tenían que recorrer 700 kilómetros para practicar en un skatepark.

-Una afición unida al barrio.

-Donde te dejaban patinar. La gente se iba al extrarradio, a las cuestas, para practicarlo porque en el centro no te dejaban...

-¿Está reconocido ahora el skate board?

-Es un deporte consolidado, pero está muy denostado por las autoridades locales. En Madrid o en Barcelona te pueden poner multas de 300 euros y hay sitios donde está prohibido, por bando, como en Torremolinos o en Fuengirola. Este es un deporte sano y las ordenanzas no podrán con él.

-¿Usted lo sigue practicando?

-Yo tengo 42 años y en el 79 tuve mi primer Sancheski. Y todavía sigo curveando...

-¿Cómo aparece Andalucía?

-No hay mucho material de filmaciones, porque me hubiera gustado más sacar Málaga, Sevilla, El Puerto, lugares fundamentales.

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