La gente está tan acostumbrada a verlo en su papel de médico que incluso le han pedido asistencia para hacer los primeros auxilios a una persona que había sufrido un infarto en el metro. Jordi Rebellón (Doctor Vilches) regresa a Telecinco en la última entrega de Hospital Central, una serie a la que asegura le tiene mucho que agradecer y en la que se ha sentido como en casa.

-Tras 12 años en antena, ¿Cómo se afronta el inicio de la última temporada de una serie tan querida como Hospital Central?

- Por una parte, con ganas de que la gente lo vea y, por otra, con tristeza. Son 12 años en antena y es una pena que se acabe, pero soy consciente de que todo tiene su fin.

-Son muy pocos los que pueden decir que han trabajado tanto tiempo en una misma serie.

-Es cierto. Somos unos privilegiados que hemos formado parte de la historia de la televisión.

-A los espectadores nos va a costar verlo sin la bata y el fonendo, pero ¿Y a usted? ¿En algún momento se ha sentido preso de su personaje?

-Preso no. Evidentemente han sido muchos años interpretando a Vilches y la gente por la calle me sigue identificando con él. Es una marca que me va a costar quitar, pero espero que pronto pueda meterme en el papel de otro personaje con el que también me identifiquen.

-¿Es que tiene pendiente otros proyectos? Porque la época en la que acaba la serie no podemos decir que sea la más buena para encontrar trabajo en el sector...

-No es buen momento para nada. Ni para hacer televisión ni para comprar en el supermercado. De momento estoy preparándome para volver al teatro el año que viene. Pero soy consciente de que no elegimos nosotros y que dependemos de las productoras.

-Volviendo a su personaje. Vilches es un personaje tan odiado como querido, pero, y para usted, ¿Qué odia y que ama de su personaje?

- A pesar de que no tengo nada en común con él, no hay nada que me haga sentir odio de Vilches. Le debo 12 años de trabajo, algo casi imposible de repetir en esta profesión. Además, gracias a él ya no tengo que venderme delante de nadie porque todo el mundo me ha visto y sabe cómo trabajo.

-Por el plató de Hospital Central han pasado en estos 12 años 4.800 actores y más de 60 personajes fijos. En cambio Vilches es uno de los pocos que sigue dando guerra casi desde el principio.

-Es incombustible. He tenido la suerte de interpretar a un personaje bien dibujado. Hemos acertado ofreciendo un personaje que da juego y al que le puede pasar cualquier cosa.

-¡Y qué lo diga! ¿Hay algo que le haya quedado por hacer a este peculiar médico?

-Solía bromear con los guionistas diciéndoles que lo único que le faltaba a este hombre era trabajar por la noche en un cabaret cantando copla. Me he divertido interpretándolo, pero sé que también los guionistas se han divertido con él.

-Ahora que habla de los guionistas. Parece que hay dos finales previstos y que en uno de ellos su personaje no sale muy bien parado que digamos...

-La cadena así lo pidió. Es cierto que se han rodado dos capítulos y que en uno salgo peor parado que en otro. Dejémoslo ahí (risas)

-¿Con cuál de ellos cree que disfrutaría más la audiencia?

-Realmente es difícil saber. Cuando la serie empezó tuvo una audiencia muy floja, pero luego repuntó hasta superar los cinco millones de espectadores. Una época que, por cierto, coincidió con la que mi personaje luchaba con un cáncer de cabeza. Así que no sé por dónde pueden ir las cosas.

-Y su final perfecto para Hospital Central ¿Cuál sería?

-¡Uf! no sabría decirte. Cualquiera que dejara abierta una puerta para poder volver. Nunca hay que dar nada por cerrado.

-Es que después de tanto tiempo en antena y con tanta competencia, la serie había entrado en la UCI

-Y eso que la productora le ha dado muchos lavados de cara para ir renovándola. He tenido la suerte de trabajar en un plató fantástico en el que te sentías de verdad como en un hospital porque todo lo que te rodeaba era material real, desde las camillas hasta las ambulancias, pero es cierto que la gente se cansa de ver siempre lo mismo.

-Desde sus inicios, Hospital Central se ha medido con todo tipo de series, pero ¿cómo ha ido adaptándose a la evolución que ha sufrido la ficción española?

-Como ha podido. Se ha enfrentado hasta a partidos de fútbol y ha sabido pelearlo bien. Es cierto que la ficción española ha evolucionado hacia mejor. Rompo una lanza en favor de la ficción española porque sería una lástima que por la crisis se dejaran de hacer series en España. Deberían ayudar a las televisiones para que sigan haciendo ficción porque está claro que es lo que más gusta a los españoles.

-En esta última entrega se va a reencontrar con personajes de todas las temporadas pero ¿con cuál de ellos le ha hecho más ilusión volver a coincidir en un plató?

-Vilches disfrutará reencontrándose con su hijo adoptado, así como con el personaje de Alicia Borrachero, gran actriz y amiga y con la que vivió uno de los grandes romances en la serie. También con Mar Reguera. En cuanto a actores, por decir alguno, me ha encantado trabajar con Concha Velasco, Victoria Abril, José Luis García Pérez... Ha sido una serie que, además de gustar, ha dado trabajo a muchos actores.