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Economía

Bruselas abre la puerta a que los usuarios de móviles paguen por recibir llamadas

  • La Comisión Europea quiere recortar las tarifas que unas compañías se cobran a otras por interconectar sus redes y no se opone a que cobren por las llamadas recibidas para compensar las pérdidas

La Comisión Europea considera aceptable que las compañías de telefonía facturen a los usuarios por recibir llamadas a sus móviles, como ya ocurre en Estados Unidos, para bajar los precios finales de las comunicaciones, según el portavoz europeo de Sociedad de la Información, Martin Selmayr.

El ejecutivo de la UE quiere reducir las tarifas de terminación -lo que las compañías telefónicas cobran a otros operadores por el uso de su red cuando la llamada se dirige a uno de sus abonados-, pues considera que en algunos Estados miembros son injustificadamente elevadas y presentará una recomendación en ese sentido a finales de este mes.

A la pregunta de si Bruselas aceptaría que las compañías cobraran por la recepción de llamadas para compensar la caída de sus ingresos, Selmayr recalcó que esa es una decisión que corresponde tomar a los operadores. "No vamos a prohibirlo", señaló el portavoz y dejó claro que el objetivo de Bruselas es acercar las tarifas de terminación a su coste efectivo, algo que en última instancia beneficiará al consumidor.

La comisaria responsable de Sociedad de la Información, Viviane Reding, también respondió de manera similar en una entrevista en el periódico británico Financial Times sobre si aceptaría que se cobre al usuario por recibir llamadas: "¿Por qué no? Todo el mercado está evolucionando, así que no debemos quedarnos con las mismas reglas que han estado vigente durante 10 años".

Con el sistema de tarifas mayoristas que apoya la Comisión, cada operador cobraría sólo a sus clientes propios y no tendría que pagar a otros operadores de redes. Sería un modelo menos burocrático y que a largo plazo mejoraría la competencia en el mercado y reduciría los costes de los consumidores, según la misma fuente.

En todo caso la Comisión no piensa imponer ningún modelo nuevo a las empresas, que serán las que deberán decidir si cambiar de sistema, precisaron las mismas fuentes. "Vamos a proponer una metodología común para que los reguladores nacionales calculen el coste efectivo" de las llamadas de terminación y garantizar así la coherencia en el mercado europeo.

Selmayr apuntó que la tarifa máxima de terminación oscila en la UE entre 2 y 19 céntimos de euro por minuto, una disparidad que demuestra, a juicio de la Comisión, que "hay algo erróneo en el sistema". Las tarifas más caras se dan en Polonia y Rumanía, mientras que las más económicas en Chipre, según las mismas fuentes.

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