Zaragoza

Un hombre acusado de descuartizar a su esposa dice que era "una gran mujer"

  • Defiende en el juicio su inocencia y dice que su conciencia está "tranquila", pese a que confesó haberla matado y esparcido sus restos en contenedores de varias localidades.

Antonio Losilla, acusado de la muerte y descuartizamiento en Ricla (Zaragoza) de su esposa Pilar Cebrián, a la que ha calificado como "una gran mujer", ha defendido su inocencia y ha asegurado que su conciencia está "tranquila" y que desconoce su paradero desde que desapareció el 2 de abril de 2012. El acusado, tras exponer el fiscal, las acusaciones y la defensa las conclusiones finales del juicio celebrado ante un jurado popular en la Audiencia Provincial de Zaragoza, ha destacado en sus últimas manifestaciones que sería incapaz de matar a la madre de sus hijos.

Losilla fue uno de los primeros acusados en España que fue sometido a la prueba del P-300, más conocida como "test de la verdad", para intentar averiguar el paradero del cuerpo de su esposa, aunque no dio resultados y posteriormente fue declarada nula para el juicio por un tribunal. El Ministerio Fiscal y las acusaciones han pedido para el acusado entre 17 y 20 años de cárcel por delitos de homicidio, estafa y contra la integridad moral, mientras que su abogado defensor ha solicitado la absolución o una condena alternativa por homicidio imprudente, que supondría cuatro años de prisión.

En su exposición final, el Fiscal le ha acusado de matar a su esposa de forma premeditada con un "plan preconcebido" ejecutado paso a paso, como demuestra el hecho de que no denunciara la desaparición hasta que lo hizo un familiar de la fallecida desde Barcelona, porque "quería ganar tiempo". Como una jugada "maestra" ha definido el fiscal que vendiera el coche con el que supuestamente trasladó el cuerpo sin vida de su esposa a un comprador que posteriormente lo vendió en Libia, lo que ha hecho imposible su recuperación. Asimismo, ha hecho hincapié en la confesión voluntaria del propio Losilla en la que reconoció a la Policía, tras un registro del domicilio de la pareja en Ricla, que la había matado y que esparció sus restos en contenedores de la vecina localidad de La Almunia de Doña Godina y de Zaragoza.

En representación de las acusaciones particulares, la letradas Laura Vela y Soraya Laborda han explicado que en el juicio, que comenzó el 16 de noviembre, ha quedado probado que mató a Pilar, que no fue un accidente y que quiso cometer "el crimen perfecto". A su juicio, Pilar, tras 26 años de matrimonio y el nacimiento de dos hijos, "ya no podía más" y quería el divorcio, así como la mitad del patrimonio de la pareja. Han tachado de "insostenible" la versión del acusado, según la cual el 3 de abril, un día después de la presunta muerte, la llevó a Zaragoza y han resaltado que solo fue él para comprar espuma de poliuretano y uno de los desatascadores químicos más potentes del mercado, material con el que presuntamente se deshizo del cadáver y limpió la escena del crimen.

Por su parte, el abogado de la defensa, Javier Notivoli, ha pedido una sentencia absolutoria total por falta de pruebas y ha instado al jurado a que consulten las pruebas documentales, donde se demuestra que las acusaciones se equivocan en el "99 por ciento" de las cosas que dan por hechas. Si el jurado determinara que Losilla es culpable, el letrado ha reclamado que se le condene por homicidio por imprudencia, a la vez que ha recordado que la confesión tiene un valor "nulo", dado que lo reconocido "no era cierto" y porque no contó con la asistencia de un abogado. Asimismo, ha pedido que se tenga en cuenta que se investigó "hasta la extenuación" la desaparición de su esposa, que se volvió loco buscándola, incluso consultando a varias videntes, y que es "materialmente imposible" que repartiera el cuerpo "en un par de horas" por varios contenedores en Zaragoza.

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