Sociedad

La muerte de un niño en Berlín de sarampión reabre el debate sobre las vacunas

  • La capital alemana padece un virulento brote de esta enfermedad con centenares de casos en los últimos dos meses.

La muerte de un niño de año y medio de sarampión en Berlín, ciudad que padece un virulento brote de esta enfermedad con centenares de casos en los últimos dos meses, reabrió en Alemania el debate sobre la necesidad de implantar la vacunación obligatoria. La discusión está vigente desde hace semanas en EEUU tras detectarse un brote en diversos estados con origen en el parque Disney de California, pero las cifras de Berlín superan ya las registradas al otro lado del Atlántico.

Desde principios de enero en la capital alemana hay contabilizados cerca de 450 infectados por sarampión, cifra que sobrepasa la de todo el año pasado en el conjunto del país. El ministro de Sanidad de la ciudad-estado, Mario Czaja, informó de la primera víctima mortal, un niño de año y medio que falleció el pasado 18 de febrero en el hospital en el que estaba ingresado. No dio datos del posible origen del contagio, pero sí señaló que el pequeño, que no estaba vacunado, no padecía ninguna enfermedad crónica. El caso, advirtió Czaja, muestra que se trata de una enfermedad grave, ya que debilita el sistema inmunológico y puede generar importantes complicaciones.

Aunque más del 90% de los niños en Berlín están vacunados, muchos adultos, sobre todo nacidos tras 1970, no han recibido el tratamiento inmunológico, por lo que instó a todos a comprobarlo ante el brote que padece la capital, el mayor desde 2001. Desde el pasado mes de octubre hasta el 23 de febrero las autoridades berlinesas han registrado 574 casos de sarampión y, según informaciones del diario berlinés Tagesspiegel, en el 90% de ellos se ha comprobado que el paciente no había sido vacunado.

La muerte del niño se sumó a la decisión del colegio de secundaria Carl-Zeiss de la capital, con más de 1.000 alumnos, de cerrar sus puertas como medida de precaución después de detectarse un caso de sarampión presuntamente grave en uno de sus estudiantes. El ministro alemán de Sanidad, Hermann Gröhe, tachó de "inaceptables" las lagunas existentes en la protección frente a la enfermedad y avanzó que la polémica vacunación obligatoria, aunque no está en la agenda, dejará de ser un tabú si las medidas previstas para extender la profilaxis no funcionan.

El Ministerio espera que surta efecto el proyecto de ley sobre medicina preventiva que establecerá la obligación de que los padres reciban asesoramiento sobre vacunas antes de que su niño sea admitido en una guardería. Sin embargo muchos especialistas dudan de que esa medida tenga el impacto deseado y tanto en la Unión Cristinademócrata (CDU) de la canciller Angela Merkel, como en el Partido Socialdemócrata (SPD), socio en la coalición de gobierno, han surgido ya voces a favor de una vacunación obligatoria en guarderías y colegios.

La propuesta la rechaza de plano la oposición parlamentaria que conforman La Izquierda y Los Verdes, partidos que defienden la libertad y la autonomía de los padres a la hora de tomar decisiones que afecten a sus hijos y apuestan por mejorar la información a las familias sobre los riesgos de la enfermedad y los posibles beneficios de la vacunación. La Asociación profesional de pediatras en Alemania asume las dificultades de una vacunación obligatoria, que podría requerir incluso una reforma constitucional, pero entiende que es la vía más eficaz para erradicar una enfermedad que en determinados casos puede ser grave.

Rechazar la vacunación no sólo pone en peligro la salud de los propios hijos, alertaron los pediatras, sino también la de otros niños que, por razones médicas, no pueden recibir el tratamiento. Ante el rechazo a una vacunación obligatoria, los pediatras han propuesto que se exija la vacunación de los niños como requisito obligatorio para acceder a una plaza en una guardería o en un colegio público. Según esta asociación, para erradicar el sarampión la vacunación debe alcanzar al menos al 95% de los niños, una cifra que no se conseguirá con la mera "asesoría" a los padres.

El ministro de Sanidad recordó que la vacuna, gratuita, es considerada segura por los experto y organizaciones internacionales y destacó que el riesgo de efectos secundarios es "mínimo" y muy inferior a los efectos potencialmente mortales de la enfermedad. "Hay que enfrentarse a los cuentos de viejas y al alarmismo de los detractores de las vacunas", subrayó Gröhe.

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