La ciudad de San Fernando aguarda consternada la llegada de los féretros de los cinco vecinos que perdieron la vida en el accidente del Alvia ocurrido en la tarde del miércoles en Santiago de Compostela: Ignacio Bustamante Morejón y los dos matrimonios formados por Rosa Quijano y Antonio Reyes y Esperanza Márquez y Francisco García Pereira.  

Las cinco víctimas, según fuentes municipales, tienen ya autorización para ser trasladadas hasta La Isla. Está previsto que este noche lleguen al tanatorio de San Fernando para recibir sepultura a lo largo de la jornada de mañana. Los familiares que se desplazaron hasta Santiago también emprenderán el camino de vuelta en las próximas horas. 

Desde el Arciprestazgo de San Fernando se coordina la celebración de los funerales que inicialmente -y por petición expresa de los familiares- se llevarán a cabo por separado. La primera de las ceremonias se llevará a cabo en la parroquia de la Divina Pastora, a las once de la mañana. Será la de Ignacio Bustamante Morejón. 

A la una de la tarde, en la Iglesia Mayor Parroquial, tendrá lugar el funeral de Rosa Quijano y Antonio Reyes. Y a las cinco de la tarde se llevará a cabo en la parroquia del Santo Cristo el último de los sepelios, el de Esperanza Márquez y Francisco García Pereira.

Fátima Reyes, hija de Antonio y Reyes, ha recibido el alta a primeras horas de la mañana. Y Francisca Álvarez fue intervenida nuevamente en la mañana de ayer aunque se recupera favorablemente.  

Las muestras de dolor continuaron a lo largo de la jornada de ayer. Desde el Ayuntamiento isleño, el alcalde, José Loaiza, remitió a primeras horas de la mañana un nuevo comunicado oficial en el que insistía en trasladar sus condolencias y reflejaba el hondo pesar que la tragedia ha causado en toda la ciudad: 

"Como alcalde de San Fernando quiero mostrar, sabedor de que lo hago en nombre de toda nuestra ciudad, la profunda tristeza en la que nos ha sumido el accidente ferroviario de Santiago de Compostela. De manera especial hoy los isleños nos sentimos rotos por el dolor producido por el fallecimiento, en ese trágico suceso, de cinco de nuestros convecinos: Ignacio Bustamante Morejón, Antonio Reyes Asencio, María Rosa Quijano Fernández, Francisco García Pereira y Esperanza Márquez Conde. 

Sabemos que ninguna condolencia podrá paliar ahora el sufrimiento de sus familiares y amigos, pero es mi obligación como representante de la ciudad hacerles llegar todo el afecto, cercanía, solidaridad y apoyo colectivo en unos momentos tan difíciles.

De la misma forma quiero trasladar nuestros deseos de un rápido y completo restablecimiento a las dos isleñas heridas, Josefa Álvarez Díaz y Fátima Cristina Reyes Quijano", apuntaba. 

También el PSOE isleño remitió un comunicado de pésame:  "El PSOE de San Fernando quiere presentar su pésame a los familiares y amigos de los fallecidos en el accidente del tren que el pasado miércoles se dirigía a Santiago. Los socialistas lamentan sus fallecimientos y muestran su dolor por la pérdida de cinco isleños cuya labor profesional y sobre todo trayectoria personal era reconocida por el resto de vecinos de la ciudad.

Por último el PSOE también quiere expresar su ánimo y apoyo a aquellas dos isleñas que se están recuperando en el hospital de esta tragedia, esperando que cuanto antes consigan el alta y regresen a su casa", señalaba la nota remitida a nombre del grupo municipal. 

El delegado del Gobierno andaluz, Fernando López Gil, se desplazó hasta San Fernando para acompañar a los directores de los centros educativos a los que pertenecían algunas de las víctimas y reconoció que había sido "un duro golpe en lo personal" porque era amigo de algunas de las víctimas e, igualmente, conocía a la mayoría de ellas. 

Por su parte, la hermandad de la Sagrada Oración en el Huerto, a la que en mayor o menor medida estaban ligadas las tres familias, insistió también ayer en sus condolencias en otro comunicado firmado por su junta de gobierno en el que se informaba de que la dolorosa se vestiría de luto en señal de duelo hasta el próximo día 3 de agosto, en el que la cofradía dedicará sus cultos mensuales a los hermanos y allegados fallecidos en la tragedia.