Los incendios de La Junquera y de Portbou, en Gerona, fueron provocados por colillas tiradas por la ventana de vehículos. La Generalitat ha pedido a los ciudadanos que extremen las precauciones durante el verano y el Gobierno ha anunciado que endurecerá las penas a los imprudentes.

Tres franceses y un español son hasta ahora las víctimas mortales de un incendio que no progresa pero que tampoco se controla y que causó ingentes daños en el noreste de España, donde bomberos y voluntarios luchan contra las llamas, menos avivadas por un viento que amaina.

El incendio, avivado el domingo por un fuerte viento de tramontana, "no ha progresado, pero no está bajo control", dijo el responsable de Interior catalán, Felip Puig, mientras los bomberos seguían combatiendo el fuego con apoyo de hidroaviones franceses y españoles.

El cuerpo de los agentes rurales calculó que "el perímetro del incendio es, aproximadamente, de 65 kilómetros y afecta a una superficie de más de 13.800 hectáreas de 17 municipios", según un comunicado difundido por los bomberos de la Generalitat.

Al preguntarle sobre las posibles causas de los incendios en La Junquera y en Port Bou declarados la víspera, Puig lo atribuyó a "una colilla o a un pequeño artefacto" que prendió fuego, si bien puntualizó que "probablemente los dos incendios se deben a imprudencias o negligencias".

El consejero catalán dijo que los efectivos luchaban para tratar "de evitar que el fuego salte a zonas más frondosas" vecinas como la comarca de la Alta Garrotxa.

Los bomberos de la Generalitat informaron que "hay 140 dotaciones terrestres y 15 medios aéreos (tres aviones de vigilancia y 12 helicópteros), más cinco aviones del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (cuatro hidroaviones y un helicóptero); seis medios franceses, cuatro aviones de vigilancia de la Comunidad Valenciana, dos de Mallorca y uno de Andorra".

Unos 300 bomberos y los seis aviones antiincendios franceses participaban en la lucha contra el gigantesco fuego.

La Delegación de gobierno en Barcelona confirmó que son tres los franceses fallecidos en el siniestro y cuya repatriación prepara el Gobierno español.

Aunque no se dan las identidades de los fallecidos, una portavoz de la Delegación dijo que el ciudadano francés que falleció en el hospital barcelonés del Valle Hebrón, con quemaduras en el 80% de su cuerpo, tenía 64 años.

Las otras víctimas francesas son un hombre y su hija de 15 años que fallecieron al intentar escapar de las llamas saltando al mar.

El hombre de 75 años que murió de un infarto era de nacionalidad española. Por otra parte, la Dirección de prevención de la Generalitat dijo que había ocho heridos de gravedad, cuatro en Barcelona y cuatro en Gerona.

El fuego se declaró el domingo después del mediodía en las proximidades de La Junquera y se propagó a gran velocidad en la comarca del Alto Ampurdán, situado al sur de la frontera con Francia. Poco después se declaró otro en Port Bou, siempre en el área de la frontera hispano-francesa.

Actualmente siguen alojadas cien personas en el pabellón municipal de Figueres y hay 600 en el camping de Albanyà, 150 de los cuales son niños alemanes que se quedaron en la zona por seguridad. Por último, 57 personas, entre niños y monitores, que se encontraban en Agullana, pudieron partir en autobus hacia sus hogares, lo mismo que los niños que estaban de colonias en Sant Climent Sescebes.