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José Luis Pampará Fernández. Cargador de la Virgen de las Penas

"La carga en Cádiz debería pasar más desapercibida"

  • Pampará es el responsable de las marchas bajo el paso de la Virgen de las Penas, de controvertido andar según los puristas

S e habla demasiado de la carga y debería pasar más desapercibida". Lo dice José Luis Pampará, 'El Pampa', uno de los pesos pesados de la cuadrilla de cargadores de la Virgen de las Penas que comanda Ramón Velázquez. Lo dice quien ha vivido intensamente estos años la evolución de la carga y ha soportado la incomprensión de un sector de la ciudadanía que no compartía el estilo que Velázquez impuso. Lo dice quien a pesar de la notoriedad que esta cuadrilla ha tenido desde mediados de los años 90, es capaz de asegurar que "la hermandad es lo principal, su patrimonio humano, los hermanos. Hay que tener una visión más global, más fijada en el cortejo en general. No puede haber parones porque los cargadores no puedan con el paso". 

 

Pampará Fernández, viñero de la calle República Dominicana que vive ahora en la otra punta de Cádiz, en Loreto, es hermano de La Palma desde los 16 años. El roce hace el cariño. Aunque antes había salido en Medinaceli, cofradía muy cercana a su familia. También es hermano de Afligidos y Soledad, a la que acompañará hoy en el grupo de capatacía y bajo cuyo paso se estrenó como cargador con 18 años en 1989, por lo que hoy cumple sus bodas de plata. Desde 1995 es cargador de la Virgen de las Penas, donde faltó sólo un año, a comienzos de este siglo, porque quiso probar como cargador del Cristo de la Misericordia. "Tenía muchos amigos dentro y me gustaba cómo andaba el paso, que se salía de lo tradicional", recuerda.  Eran tiempos críticos para Velázquez y su cuadrilla, acusados de 'sevillánicos', de romper con la tradición en la carga gaditana. "Hubo empujones al paso, insultos, pitadas… pero siempre creímos en lo que estábamos haciendo. Nunca hemos salido para competir o provocar. La hermandad marca una pauta y nosotros la seguimos, eso no hay que olvidarlo. Quien dice que tenemos un estilo sevillano no sabe nada de esto". 

 

Incomprendidos, comenzabann a ensayar mucho antes de la Semana Santa y a meter relevos. "Muchos de los que criticaron eso ahora lo hacen. Y curiosamente nosotros somos ahora de los que menos ensayamos. Para este Lunes Santo, sólo tres veces. Todas las cuadrillas trabajan más que antes y eso se debe a Ramón y a otros como él", explica. Llevar relevos les ha costado otro aluvión de reproches. "No digo que los relevos sean lo mejor ni lo peor, porque hay pasos que sin relevos van bien y otros que con relevos sufren. No es algo matemático, pero las cuadrillas van más tranquilas y seguras. Cada uno que elija la opción que más le guste", destaca sin querer entrar en guerra alguna.  

 

Pampará realiza un interesante apunte sobre el costal, visto como enemigo de la tradición gaditana. "El debate es absurdo. Si alguna cofradía lo eligiera, yo lo respetaría, pero a día de hoy lo veo innecesario. La carga al hombro no se perderá nunca. Tampoco el costal asegura nada. Yo he cargado a costal en Barbate y eso duele mucho".

Habla de Velázquez con respeto. "Ramón y otros han contribuido a dignificar la carga, a que se respete más, a que se cuiden los detalles. Él ha sido más constante que otros renovadores, quizás porque los otros no han tenido el apoyo de una cuadrilla como la nuestra". ¿Qué tiene Velázquez para encontrar tanta fidelidad en sus cargadores? Magnetismo, o algo parecido: "Siempre te da tu sitio, sabe cómo tratarte y se implica tanto que uno no puede estar al lado cruzado de brazos. Tiene mucho poder de convicción y transmite con claridad lo que quiere".

 

A finales de los 90 le hicieron responsable de la música bajo el paso, aunque advierte que en la cuadrilla "hay gente igual de capacitada". Señala que "tres meses antes se hace un esbozo de lo que vamos a llevar y todo se consensúa con el diputado de banda, que tiene la última palabra. Dialogamos mucho y nos recomendamos marchas para escuchar antes de definir el callejero". Pampará va guiando dentro. "Según la música ordeno acortar el paso, parar, sincronizar el andar con la música. Según el tono del capataz ya sé si la calle es complicada o no. Escucho a Ramón y sé qué nos está pidiendo". Nadie habla y muchas veces "parece que el paso va solo de los años que llevamos juntos". 

 

El Lunes Santo es el día más grande del año cofrade para José Luis Pampará. Dice que en La Palma "lo mejor es la salida. Dentro del paso sientes la expectación que hay en la calle, entre los viñeros que esperan, y hay que tener cuidado de no contagiarse porque puedes cometer un error con la euforia. Y me encanta la bajada por Torre (este año fue San José) porque se palpa la llegada al barrio".

 

Como 'experto' en marchas se queda con 'Esperanza de Triana Coronada'  "tanto a la salida como en la recogida porque La Viña la conoce y la espera". 

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