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Rosa Reyna Cabrera. Bordadora

"Ahora no salgo, pero siento el mismo pellizco"

  • Hija de José Reyna, sobrina de Fernando y esposa de Ignacio Robles, pertenece a la cofradía de San Severiano desde que nació

Através de las cofradías hasta ha aprendido una profesión, la de bordadora. Rosa Reyna Cabrera es hija de José y sobrina de Fernando, los hermanos Reyna siempre vinculados a la cofradía de la Oración en el Huerto, en la que su padre la apuntó el mismo día que nació, un 8 de julio de hace ahora 35 años. 

Cuando sólo tenía 4 años ya salió de penitente junto con su hermano José María, dos años mayor que ella, "y los dos realizamos el recorrido completo, salimos y volvimos a San Severiano". 

 

Estudió en el colegio público San Felipe y luego administrativo, pero su madre,  Katy Cabrera Blázquez, le informó que la hermandad de las Aguas había abierto una academia de bordado en su casa de hermandad, en la calle Torre, donde le enseñaron el oficio Juan Carlos Romero y Abelardo Santiago, con los que ha estado trabajando doce años. Hace cuatro la llamaron para formar con ellos bordados Santa Lucía, en la calle Beato Diego, "donde hasta ahora no nos falta el trabajo todo el año".

 

Está casada con Ignacio Robles, al que conoció en la hermandad, que es el creador en julio de 2001  del primer portal de la Semana Santa de Cádiz, Cádiz Cofrade, y además segundo mayordomo de la Oración en el Huerto. Ahora es su hijo Javier, que tiene sólo dos años, el que ocupa su sitio en la fila de penitentes, aunque todavía en los brazos de su padre, con el hábito de las secciones que acompañan a la Virgen de Gracia y Esperanza. "Yo no salgo desde el año 2009, pero cada Jueves Santo siento el mismo pellízco en el estómago".

 

Está muy satisfecha con su profesión de bordadora, "que es fundamental que te guste, tener mucha paciencia y también práctica". Explica que el oficio se empieza a aprender bordando con lana y cuando ya se cuenta con aptitudes se pasa a la plata, la seda o el oro, "que es el material más demandado por las cofradías, aunque es caro, por que el kilo de oro fino cuesta 1.750 euros, libre de impuestos".

 

A ese respecto señala que los márgenes de ganancia son cortos debido al precio de los materiales que se utilizan para el bordado y que en muchas ocasiones tienen que buscar incluso fuera de España. Como ejemplo dice que el metro de tisú de plata cuesta 300 euros, igual que el terciopelo de sede o de chifón, lo que incide en el precio del trabajo.

 

En el taller han realizado la saya de la Virgen de Gracia y Esperanza por encargo de un devoto, mientras que ella ha aportado la ropas del ángel del paso de misterio, además del fajín y la saya de hebrea y la de brocado de camarín para la Virgen.

 

También cita la túnica bordada en  oro que el Cristo estrenó cuando presidió el vía crucis oficial en el año 2010, así como el mantolín y dos ternos de camarín para el San Juan.

 

Ahora, cumpliendo una promesa,  trabaja en el bordado en oro de la túnica que el Señor estrenó en la magna del pasado año, que en aquella ocasión ya lucía el pecho, las mangas y el mantolín, y que en esta ocasión también incluye los bajos, "para el año que viene, si Dios quiere,  concluirla con la trasera".

 

Asegura que este Jueves Santo será especial, "vamos a echar de menos a mi abuelo Pepe, que cada año le cantaba una saeta al Cristo antes de la salida".   

 

Llevará a Javier a la salida de la cofradía e irá recorriendo el itinerario procesional hasta llegar a Santo Domingo. Luego verá pasar el cortejo desde el palco que la familia tiene en la plaza del Palillero y a continuación recogerá a su hijo y se marcharán a casa antes de que la hermandad regrese a San Severiano, sobre las tres de la madrugada.

 

Rosa Reyna está convencida de que el hecho de que tanto su marido como ella sean cofrades es muy importante para el buen entendimiento entre los dos, como es su caso.

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