Jueves Santo Horarios, itinerarios y recorridos del Jueves Santo y Madrugada en la Semana Santa de Cádiz 2024

Cofrades con historia

Una voz imprescindible cada Pasión

  • Carmen de la Jara. Nacida en una familia flamenca, interpretó su primera saeta en público a los seis años. Le ha cantado a todas las cofradías de Cádiz, ha pronunciado pregones y exaltaciones

Al hablar de saetas en Cádiz, en seguida se nos viene a la cabeza el nombre de Carmen de la Jara. Desde hace 30 años, no hay Semana Santa que no se escuche la voz de esta gaditana desde alguna esquina o algún balcón al paso de las hermandades.

“Le he cantado a todas las cofradías. Antes, salía todos los días y le cantaba a todas las que veía. Ya no lo hago con la misma intensidad, me tengo que reservar para otras cosas”, comenta la cantaora.

Carmen de la Jara pertenece a una estirpe de tradición saetera y flamenca. Su madre, sus tíos y primos cantaban saetas, unos de forma profesional y otros sólo en familia. “De pequeña, lo primero que escuchaba en casa eran saetas. Yo sólo cantaba en familia, porque me daba vergüenza”. Pero cuando tenía seis años, una compañera del colegio de La Palma le dijo a la monja que les daba clase que Carmen sabía cantar saetas. Fue la primera vez que entonó fuera de casa.

Hasta el año 79 no se presentó al gran público. “Fue en un concurso de Radio Cádiz, presentado por Pepe Benítez, con saeteros consagrados de Cádiz. Al año siguiente, por la Peña Enrique El Mellizo y a través de Antonio Benítez Pérez, canté saetas en el Primer Concurso de la Federación de Peñas Gaditanas”, recuerda.

Durante diez años fue hermana de Luz y Aguas, porque su padre trabajaba en el Servicio Eléctrico. Pero no le atraía salir de penitente. Ella prefería ver pasar las cofradías. “Tenía que verlas todas, no podía dejar pasar ni una. Y en casa, le hacía un paso a mis hijos para que salieran a la calle con los niños del barrio. Ellos utilizaban el palo de la fregona y la escoba como horquilla”.

Su marido ha cargado pasos muchos años con la cuadrilla del Pájaro. Y ella cogía a sus tres hijos de la mano y salía a la calle. “Me iba a cantar a las esquinas a todas las cofradías”. También iba a las salidas. “Siempre le he cantado a Vera Cruz y al Nazareno del Amor”, apunta. Pero lo que más le gustaba eran las recogidas. “Me encantaban. Iba con otros cantaores de Cádiz a cantarle a La Palma, al Perdón, al Nazareno por Botica y en la cárcel... La gente nos venía y nos animaba. A veces nos paraban el paso delate. Era una cosa muy emocionante”.

Dice que cuando canta una saeta, lo hace con pasión y alegría porque le gusta y la disfruta. Asegura que seguirá hasta que el cuerpo aguante. “Empecé con saetas y no la puedo olvidar. Me metí a cantaora de flamenco a través de la saeta”. Tiene tres discos de saetas con otros artistas y nueve de flamenco en solitario, además de otros más compartidos con algunos cantaores.

Comenta que se sabe “infinidad” de saetas. Para cada cofradía, para cada Cristo y cada Virgen tiene una.

Cuenta que algunos años se ha dado “verdaderas palizas”. Recuerda un Jueves Santo que comenzó cantando en Villamartín, luego se fue a cantarle al Nazareno de La Isla, al de Cádiz, al de Rota y terminó en El Puerto. “Y unos cuantos años me he ido a cantar a pueblos de la provincia de Córdoba y Sevilla, para seguir durante toda la noche a una cofradía desde que salía hasta que se recogía. Le cantaba de balcón en balcón, y luego me iba a cantarle a otra”. Esto lo hacía contratada por las distintas hermandades. Y disfrutaba mucho, pero dice que eso ya no lo hace. “Hay que tener juventud y fuerza”.

Durante 14 años ha interpretado saetas en los actos de presentación de la revista de Semana Santa Sentir Cofrade. También ha pronunciado pregones y exaltaciones de saetas, además de colaborar con otros pregoneros cantando.

Tiene innumerables galardones. Cuenta que en un mismo año se llevó el primer premio en concursos de saetas en Rota, El Puerto, San Fernando, Cádiz y Osuna. Su nombre aparece en varios libros, entre ellos, en el que se ha publicado este año sobre la Semana Santa de Cádiz.

Carmen de la Jara ha llevado la saeta más allá de la provincia de Cádiz. Las ha interpretado con orquesta y ha ofrecido recitales acompañada de guitarra flamenca en distintas ciudades de España.

“Me he metido por entero en la saeta y la he vivido intensamente. Ahora las canto más esporádicamente porque no salgo todos los días a la calle. Ya estoy muy cansada porque son muchos años, pero no lo dejaré. Seguiré toda la vida cantando saetas, hasta que el cuerpo aguante”, concluye la cantaora.

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