Pretendía ser un concentración informativa. Una cita para comprobar de manera tranquila el espíritu reivindicativo de los ciudadanos de San Fernando. Un encuentro entre sindicalistas, trabajadores y desempleados para exponer la situación del mercado laboral y vociferar las medidas que Comisiones Obreras (CCOO) demanda para paliar la crisis. Pero, una vez callaron las palabras, la reivindicación se convirtió en acción y un grupo numeroso de concentrados cambió la plaza del Rey por la calle Real y el discurso por un corte del tráfico de la vía.

No estaba previsto por el sindicato, no era su objetivo para esta primera convocatoria y, sin embargo, casi la mitad de los presentes optó por tirarse a la calzada y avanzar por ella en dirección a la Iglesia Mayor. Fue el momento tenso de la tarde, cuando los policías nacionales que controlaban la protesta pararon a la cabeza de la manifestación improvisada y pidieron la vuelta a la plaza del Rey, el escenario elegido por Comisiones para defender su discurso. Intervino también el comisario, José Antonio Postigo, que insistió en la ilegalidad de esta actuación. Desde la agrupación local de CCOO Domingo Acedo aseguró que no era intención de la entidad. Sus representantes se mantuvieron al margen y no participaron de esta segunda parte de la concentración. Eso no impidió que algunos siguieran el camino, mientras otros continuaban hablando con los agentes.

A los minutos tensos les sucedieron los instantes más radicales de la tarde. A la discusión prosiguió la quema de algunas de las banderas de plástico del sindicato que poco antes habían ondeado en las manos de algunos asistentes. Sólo unos segundos bastó entonces para que quienes habían avanzado -hasta San Diego de Alcalá- se dispersaran, aún así algunos no cedieron. La Policía Nacional vigilaba a unos metros y un poco más lejos, a la altura de la Iglesia Mayor, dos furgones habían tomado posición hacía un rato. También estuvo la Policía Local.

Las acciones habían dejado atrás la palabra, aunque algunas se escucharon entre estos incidentes. Alcalde dimisión. Somos currantes, no somos delincuentes. Queremos trabajar. Sus gritos y sus actuaciones despertaron la curiosidad de viandantes, comerciantes y trabajadores que asomaron a la puerta de los locales de la calle Real para ver qué ocurría. Para observar a las 300 personas que habían acudido para defender, como quería Comisiones Obreras, el mantenimiento del empleo y el crecimiento de las prestaciones sociales. La Policía Nacional los reducía a unos 125 ciudadanos.

Altavoz en mano, a las seis y media en la plaza del Rey, se habían dirigido a los asistentes Miguel Brenes, de la agrupación local del sindicato, y el secretario provincial de Acción Sectorial Sindical, José Manuel Silva. El primero hizo un recorrido por la situación laboral de la ciudad y ofreció las propuestas que hace la entidad a las administraciones: primar en las adjudicaciones de pliegos de condiciones de una obra la creación de empleo, priorizar las licencias administrativas y licencias de apertura para fomentar la creación de empleo, dinamizar los polígonos industriales, mejorar los programas de subvenciones a las pymes (pequeñas y medianas empresas) dirigidas al empleo, potenciar el diálogo entre los agentes sociales, financiar la Ley de Dependencia como generadora de empleo y poner en marcha promociones de viviendas de protección oficial para que absorban al desempleo del sector de la construcción. Silva, por su parte, advirtió de que los gobiernos deben solventar los problemas. "¡Tiene que haber solución!", dejó claro, que no pasa por el recorte de derechos de los trabajadores.

Más tranquila transcurrió por la mañana la concentración de los empleados de la residencia de mayores de la Cruz Roja en las puertas de las instalaciones. El sindicato UGT convocaba la protesta para mostrar su rechazo a las condiciones laborales que se entán dando en el centro asistencial, así como "a la actitud de la gerente".