Más de siete mil personas acudieron en la madrugada del sábado al domingo al festival de cultura alternativa Floridance que se celebró en el Parque del Cerro. Todo un éxito de público, según las cifras registradas en las dos ediciones anteriores, ya que esta asistencia superaba el doble de la conseguida el año pasado, cuando este encuentro de índole musical se celebró en Jerez de la Frontera. Pero, a pesar de estos buenos datos de entrada, el Gobierno municipal no se mostraba ayer precisamente satisfecho. El motivo de sus reticencias eran otras cifras, no tan halagüeñas, registradas esa misma noche por efectivos de la Policía Nacional y la Local en un dispositivo montado en los exteriores del recinto, ya que de la seguridad en el interior del mismo se debe encargar la empresa organizadora, como así fue.

Pero a las puertas y en los alrededores la presencia multitudinaria de jóvenes fue constante desde el ocaso hasta bien entrado el amanecer, en una zona que se acotó de modo improvisado como botellódromo en la que los coches, la música y la presencia de alcohol y otras sustancias adictivas fue una constante. De hecho, en unas horas de operativo, la Policía detuvo a cuatro personas acusadas de un delito de tráfico de droga, las cuales distribuían a los asistentes utilizando como punto de venta un vehículo particular, también requisado.

En él fueron encontradas 154 dosis de cocaína, por un valor superior a los 4.500 euros, así como diversas pastillas de éxtasis y cinco trozos de hachís. Se desconoce por el momento cuál es el grado de organización de estos cuatro sujetos respecto al tráfico de drogas, pero la preparación y presentación de la sustancia hace pensar que no es la primera vez que se dedicaban a una venta tan numerosa de estas características.

En los registros practicados durante toda la noche los efectivos también se incautaron de un arma de fuego, en concreto, de una escopeta corta en la que se había construido un segundo cañón. También fueron denunciadas un total de 80 personas, una cantidad que se reparte en dos motivos. El primero de ellos consumo de drogas, ya sea cocaína o hachís, y el segundo, la posesión de arma blanca. No ha trascendido en qué proporción cada uno.

El dispositivo policial fue montado en los exteriores, junto a la zona donde se encontraban los jóvenes bebiendo al aire libre, una práctica que, de inicio, está prohibida en este municipio salvo en las zonas designadas para tal fin. Pero la conmemoración del evento sirvió de excusa para que cientos de personas se aglutinaran en torno a la zona del concierto. A ninguna de ellas se les desalojó por este motivo.

La realización de espectáculos públicos y su organización está encargada a los ayuntamientos, máxime cuando el evento, como es este caso, está respaldado por el Gobierno local. Esto sucede a partir de que la Junta de Andalucía, que es la que tiene las competencias en esta materia, aprueba un decreto por el que traspasa a los entes locales esta actividad, con la obligación de informar pormenorizadamente al respecto de la misma. Según ha podido saber este periódico la notificación municipal a los Cuerpos y Fuerzas de seguridad del Estado sobre la celebración del concierto llegó el viernes, tan sólo un día antes de la celebración del concierto, un plazo demasiado ajustado teniendo en cuenta los antecedentes con los que contaba este festival y la alta asistencia prevista.