"Muy defraudado" y también "enfadado". Así se mostró ayer el joven Álex Salinas tras conoció que finalmente no podrá ser padrino de su sobrino, como tanto ansiaba. "Yo sigo creyendo pero me desentiendo de la Iglesia", comentaba anoche poco después de conocer la noticia por parte del Obispado de Cádiz y Ceuta.

Según apuntó Salinas, fue el propio obispo el que le dio la noticia por teléfono. "Me ha dicho que ha llamado a Roma y que le han dicho que no", resumía el isleño, que considera que la Iglesia no ha cumplido la palabra que le dio. Él asegura que así fue, que el cura le trasladó que había hablado con el obispo y que había sido un error negarle participar en el bautizo. Se habló entonces incluso de un encuentro para el que nunca le dieron cita. Salinas se siente "defraudado" y asegura que no han sido honestos con él en todo este asunto.

Anoche, aún en caliente, tenía claro que su sobrino no será finalmente bautizado y que rompe con la Iglesia. Se sentía además dolido por las razones en las que el Obispado de Cádiz y Ceuta se basa para negarle la posibilidad de ser el padrino de su sobrino, como la de no llevar una vida acorde a la fe. "Ellos son los que me están demostrando no ser buenos cristianos", añadía.

Ayer precisamente tenían previsto ir a coger fecha para el bautizo a la parroquia de San José Artesano, en San Fernando, una celebración que ya no se hará realidad. La alegría de entonces -por lo que suponía "no sólo para mí sino para otros transexuales que somos católicos y queremos formar parte de la Iglesia", decía cuando creyó que sí le aceptarían como padrino- se terminó convirtiendo ayer en una gran decepción.