San Fernando

La necesidad de cuidar nuestro entorno

  • El Laboratorio Marino muestra en la playa de Camposoto la diversidad de animales de la zona y advierte de las repercusiones negativas de que lleguen al mar residuos como el plástico

En un recipiente transparente la monitora coloca una piedra, no muy grande; a su lado deja una concha -de material calcareo, precisarán más tarde durante las explicaciones-. Encima, cuando el grupo de niños está atento, echa con un dosificador unas gotas de ácido. "¿Veis lo que pasa cuando se lo echo a la concha? Que salen pompas. ¿Y a la piedra? Nada", interactúa con los pequeños para que mantengan la atención. En realidad es una manera de mostrar las consecuencias del cambio climático, de cómo la bajada del ph del mar afecta al plancton, a animales bivalvos (porque se ablandan sus conchas) o al coral, que pueden llegar a disolverse.

Esta actividad forma parte del Laboratorio Marino, iniciativa del Aula del Mar de Málaga y de la Obra Social de Unicaja, que estuvo ayer instalado en la playa de Camposoto, con el objetivo de mostrar la diversidad de la fauna marina de la playa y de defender la importancia de su conservación. Durante toda la mañana, en la carpa montada en el acceso 4, dos monitores, Pilar y Luis, realizaban pruebas con un claro componente científico. "¿Qué creéis que ocurre con estas dos latas de refrescos, una de ellas light, si las metemos en el agua? ¿Flotan o se hunden?", preguntaban a los chicos, acompañados de algunos adultos, que se agolpaban ante la mesa preparada para la ocasión. Muchos acertaron con su respuesta al vaticinar que el refresco de cola con menos azúcar no se hundiría tanto como el otro. Rápido fue también otro niño al responder por qué los barcos flotan en el mar. "Porque tienen aire en su interior", saltó, y por tanto menos densidad que el agua. El experimento lo hicieron con plastilina: los alumnos tenían que dar forma a la bolita de material entregado para intentar que flotara. Algunos lo lograron; otros, mala suertre, vieron cómo se hundía irremediablemente.

Al lado, varios tarros de cristal encierran en su interior la realidad de la preocupante situación del mar. Cada uno muestra cómo se comportan algunos de los materiales, elementos o residuos que pueden llegar a las aguas por la acción del hombre: tiritas, corchos, colillas, papel higiénico, plásticos, toallitas o bastoncillos. Cómo no son biodegradable y perduran en el mar afectan a la vida que éste guarda en su interior. "El plástico se agarra a la mano", señala Juan Jesús Martínez, responsable de este Laboratorio Marino, como ejemplo de lo que ocurre con muchos animales. "Las tortugas que se alimentan de medusas las confunden con estos plásticos y acaban ahogadas", amplía su explicación.

"Intentamos sensibilizar a la población local y a los turistas de que disfrutar de la playa es compatible con su conservación. Les mostramos que hay repercusión cuando dejan los envases y no se los llevan, porque afectan a los animales", insiste sobre la iniciativa, a la que acudió la alcaldesa, Patricia Cavada, que dejó claro la importancia de esta concienciación. "Debemos concienciarnos, y adoptar unos hábitos sencillos para el cuidado del entorno", defendió la responsable de Espacios Naturales, Maite Lebrero.

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