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San Fernando

El heredero de la dinastía andalucista

  • El líder del PA isleño es uno de los ediles más veteranos de la Corporación y un perfecto conocedor del Ayuntamiento.

Cuando Fran Romero se metió en política todavía estaba fresca la tinta de su título de licenciado en Derecho. En la facultad de Jerez, curiosamente, coincidió con Daniel Nieto y Patricia Cavada, otros dos referentes de una generación de políticos isleños que ronda ahora los 40. Fran, entonces todavía conocido como Franjo, fue el primero de ellos en llegar al Ayuntamiento. Lo de la política -y el andalucismo- lo había vivido en su casa de la avenida Manuel de Falla desde muy pequeño. Su padre, también Francisco Romero, había sido uno de los hombres clave del PA isleño y la mano derecha de Antonio Moreno durante años. Así que el veterano alcalde, ya en su recta final, lo fichó en las municipales de 2003 para dar -ya entonces- una imagen de cierta renovación al partido con un perfil joven y bien formado. Fran no tardó en demostrar que valía para el oficio. Y que además, le encantaba.

Desde entonces ha pertenecido ininterrumpidamente a la Corporación Municipal. Conoce al dedillo el Ayuntamiento y la forma en la que funciona el particular engranaje de la Administración local. De hecho, Fran Romero es, curiosamente, uno de los ediles más veteranos junto a Pascual Junquera. Aunque, eso sí, el actual secretario local de los andalucistas no ha dejado en ningún momento de formar parte del gobierno municipal en estos doce años en los que ha sido el responsable de una larga lista de áreas y delegaciones. Prácticamente ha sido concejal de todo menos de Urbanismo y Hacienda.

Cuando Manuel de Bernardo se afianzó en la Alcaldía le encomendó además nuevas responsabilidades y lo situó en la primera línea de la batalla política como portavoz del grupo y del gobierno y delegado de Presidencia en la etapa del bipartito compartido con Pedemonte y en los intensos años previos a la conmemoración del Bicentenario, en los que la maquinaria política y administrativa estuvo a pleno rendimiento. Allí se fogueó y curtió.

Luego vino el desastre de las municipales de 2011, en las que el polémico robo de la caja de efectivo pasó factura al PA, que perdió la Alcaldía. La vieja guardia andalucista se retiraba -no quedaba otra para sobrevivir- y Fran asumía el liderazgo del partido en sus peores momentos con el complicado reto de mantenerlo en pie. En julio de 2011 se convirtió en el secretario del comité local de la agrupación y, gracias al pacto de gobierno suscrito con el PP, en el primer teniente de alcalde de un gobierno liderado por José Loaiza, que se apoyó en los tres ediles andalucistas para asegurarse una mayoría estable durante los cuatro años de mandato.

En la antigua Oficina del Bicentenario -transformada en la sede de la macro-área que gestionaban los andalucistas- Fran desplegó su puesto de mando y se puso manos a la obra. Era raro entrar en estas dependencias municipales sin que hubiera gente esperando para reunirse con él. Fran estaba en todas partes, en todos los actos, con las hermandades, con las asociaciones de vecinos, con los clubes deportivos... Se reunía y atendía a todos siguiendo una política de puertas abiertas y una elaborada estrategia de comunicación proactiva y muy personalista que enervaba a sus socios de gobierno y que le hizo blanco de no pocas críticas, un coste que tuvo que asumir para rescatar la presencia que el PA había ido perdiendo en la sociedad isleña, para evitar que terminara desapareciendo del mapa. A ello sumó también una decidida apuesta por las redes sociales, que utilizó como foro y enlace con ciudadanos que empezaban a moverse por otros canales y donde fue ganando adhesiones paulatinamente.

Decía Fran Romero en las municipales que había estado en campaña desde el primer día al referirse a esta forma de hacer política. "Es una expresión alegórica. Lo que intento decir es que no me he preocupado de salir a la calle y de estar con los ciudadanos y escuchar sus problemas solo durante los dos o tres meses anteriores a las elecciones", ha matizado después. Lo cierto es que Fran, el heredero de un legado andalucista que suma ya 26 años de gobierno en el Ayuntamiento isleño, sorprendió a muchos el pasado 24-M al resistir meritoriamente el empuje de las fuerzas emergentes, mantener a sus tres ediles e incluso aumentar el número de votos conseguidos. Su estrategia había dado resultado. Y curiosamente las urnas pasaban factura a su socio de gobierno, el PP, mientras él salía indemne de la batalla electoral. "El PA está más vivo que nunca", dijo eufórico en una noche electoral que vivieron como una gran victoria al saber que seguirían siendo una fuerza clave en el Ayuntamiento. Y Alejandro Rojas Marcos, al ver el animado ambiente que había conseguido insuflar al andalucismo isleño, reconoció en plena campaña que "era como en los viejos tiempos".

Ahora le toca jugar en un tablero distinto, con el PSOE y con un gobierno en minoría en el que ha conseguido mantener su cuota de poder.

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