San Fernando

Maneras de aprovechar el patrimonio

  • Durante esta Semana Santa, isleños y visitantes disfrutan de distintas propuestas turísticas y de ocio en la ciudad, desde kayak hasta visitas al molino de mareas del Zaporito.

El buen tiempo ha beneficiado estos días la práctica de deportes náuticos. Un ejemplo de ello son los paseos en kayak por el caño de Sancti Petri, en una actividad que se ha sumado a las propuestas de la que han podido disfrutar isleños y visitantes en esta Semana Santa. Es una forma más de aprovechar el entorno natural en el que se encuentra la ciudad y los recursos ambientales, culturales e históricos de los que el municipio dispone. Las rutas, excursiones o visitas que Turismo San Fernando recuerda está disposición de los interesados exploran esta línea, sumándose a otras acciones más tradicionales como la visita a instalaciones de La Armada, incluida la dedicada en exclusiva al Real Observatorio de Marina.

Para hoy, por ejemplo, Isla kayak prosigue con sus rutas desde La Magdalena, pero además los visitantes pueden disfrutar de un paseo a pie guiado por distintos monumentos de la ciudad que se detiene en una visita detallada en la Iglesia Mayor. Otra alternativa es el Paseo por el Parque Natural que implica también la visita al Castillo de Sancti Petri. Mañana la oferta incluye kayak, que el sábado vuelve a repetirse, aunque existen más opciones para los interesados en ocupar su tiempo en estas vacaciones de Semana Santa. A la propuesta del paseo en barco por el entorno del Parque Natural de la Bahía de Cádiz y el recorrido por el Castillo de Sancti Petri se suma otra forma de acercarse a éste enclave restaurado hace unos años: una paseo en lancha desde el muelle de Gallineras, después de terminar una tempranera ruta por el Cerro de los Mártires para disfrutar de las vistas panorámicas que hay del Parque y de un desayuno andaluz.

Desde hace poco, además, tanto sábados como domingos ha surgido otra posibilidad de conocer un rincón con mucha historia de La Isla, como es el molino de mareas del Zaporito. "No sólo se trata del molino de mareas, sino de conocer también el entorno, por eso primero ofrecemos una explicación en las inmediaciones de toda la zona", comenta Alejandro Díaz, que se encarga para Ciencia Divertida de esta recién nacida ruta. Fuera de este edificio de 1700 restaurado, Alejandro da detalles históricos. "Es importantes hacer hincapié en la vinculación de la ciudad con el mar e incluso me remonto a la prehistoria", explica. Luego se centra en la construcción, en las personas vinculadas al Zaporito, como Domingo Zaporito (del que toma su nombre). "Hablo de su aportación, y de la del resto de propietarios, de los distintos usos que ha tenido, hasta mediados del siglo XVIII", añade Díaz. Este recorrido histórico se apoya en anécdotas, curiosidades, para captar la atención de los participantes, que conocen gracias a esta visita un poco más del lugar: del muelle, del embarcadero, de los baños de Ureña, del mercado que había o de la carpintería de ribera. Con las primeras experiencias, reconoce, ha percibido que los isleños conocen poco de este espacio, de su historia, incluso de la historia de La Isla.

Por supuesto, Alejandro Díaz, periodista, experto en patrimonio y uno de los gestores de la plataforma Patrimonio La Isla con una importante y cada vez más seguida presencia en Facebook, ha trabajado una amplia bibliografía para ser concienzudo en sus explicaciones. "Para hablar de la zona me he basado sobre todo en el trabajo de Elena Martínez, El Zaporito, su origen, su nombre y su historia. Para tener más información sobre los molinos de marea he tirado del libro de Julio Molina Molinos de Marea en la Bahía de Cádiz", desvela sobre sus fuentes.

Efectivamente, en el interior del molino del Zaporito, el guía expone el origen de este tipo de instalaciones, cómo se expandieron y su aparición en la Bahía en el siglo XVI. "Les cuento su funcionamiento, que se trataba de una energía limpia, cuáles son las características arquitectónicas del edificio, y las diferencias que hay con otras construcciones similares", apunta Alejandro, que se encarga de estas visitas en las que Ciencia Divertida quería dar un punto de vista más cultural y científico del que ofrece en los talleres escolares que realiza. Se ofrecen sábados y domingos hasta ahora, una vez se formen grupos de mínimo cinco personas. Eso sí, con un número superior a diez personas plantean ya la posibilidad de realizar la visita en fechas y horarios distintos a los inicialmente establecidos.

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