El Gobierno municipal insistió ayer en sus reticencias ante el diseño de las paradas del tren-tranvia por el impacto visual que acarrean en espacios clave del centro como la Compañía de María o la iglesia del Carmen, en cuyo entorno se instalaron más armarios técnicos en la jornada del pasado miércoles.

El alcalde, José Loaiza, secundó las críticas que estas estructuras han despertado entre los ciudadanos, se refirió a ellas como "armatostes" por sus considerables dimensiones y apariencia y recordó también que el Ayuntamiento dio orden de paralizar los trabajos en el mes de octubre, una medida que sigue vigente pero que -aseguró- la Junta se niega a asumir. "Tenemos que estar continuamente mandando requirimientos y a la Policía Local", advirtió. El regidor, más allá del grado de protección que afecta a estos inmuebles históricos y su entorno, aseguró que "son los propios ciudadanos los que tienen muy claro que no quieren esas paradas y esos armarios delante de la Compañía o de la iglesia del Carmen". "La Junta no se entera. No es un capricho de este Ayuntamiento. Son los mismos isleños los que no lo quieren y los que están pidiendo que se retiren", insistió al referir el difícil encaje que el diseño de las paradas tiene en el centro histórico.

Loaiza reconoció que se trata de un problema sumanente complicado de resolver, aunque señaló igualmente que del impacto que iban a tener estas marqesinas y sus armarios nada se sabía hasta el mismo momento en el que se empezaron a colocar las primeras. Igualmente, recordó que cuando se ordenó la paralización de estos trabajos se pidió a la Junta una reunión para aclarar la situación e intentar encontrar una solución. "Existía un compromiso con el anterior delegado de Fomento, Manuel Cárdenas, de IU, para tratar el tema", señaló el alcalde. Sin embargo, dicho encuentro no llegó a celebrarse porque se precipitó la salida de Izquierda Unida del Gobierno andaluz y se adelantó la convocatoria de las elecciones autonómicas. El PSOE tomó las riendas de la Delegación Territorial de Fomento y se continuó con la instalación de las marquesinas a lo largo de la calle Real como si nada hubiese pasado. "Les da igual", afirmó Loaiza al referirse a la enésima polémica que acompaña al proyecto del tren-tranvía cuando se cumplen más de seis años y medio de obras en la calle Real. "Es un cúmulo de despropósitos. Hay problemas con los taxistas, con la carga y descarga... Y no se consulta nada con el Ayuntamiento".

El caso concreto de la parada de la Compañía de María ha sido denunciado ante Cultura y ante el Defensor del Pueblo Andaluz por parte de la plataforma ciudadana Sentencia Tranvía. Pero las dudas y reticencias del Gobierno municipal están justificadas también porque todo el centro histórico de la ciudad está incluido en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz desde 1996. Además, desde 2012 están protegidos todos los edificios vinculados a Las Cortes, incluyendo el itinerario de la procesión cívica que hicieron los diputados y que va del Ayuntamiento a la Iglesia Mayor. Por si fuera poco, este templo y el Ayuntamiento junto a sus entornos -plazas del Rey y de la Iglesia- están catalogados como Bien de Interés Cultural (BIC) respectivamente desde 2007 y desde 2009.

"El cumplimiento de las leyes no es para el PSOE", advirtió en este sentido el alcalde, que recordó que el año pasado Cultura prohibió la colocación de un mástil para izar la bandera nacional junto al Castillo de San Romualdo porque era un edificio catalogado como BIC. "No se puede poner una bandera en el entorno del Castillo pero ellos (la Junta) sí puede poner uno de estos armatostes en la misma puerta de la Compañía", lamentó.

La orden de paralización de los trabajos sigue vigente, reiteró el alcalde. De ahí que considere que la Junta se está "burlando" del Ayuntamiento.