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San Fernando

Crítica, solución y más participación

  • La plataforma social 'La otra cara de La Isla' hace balance tras seis meses de actividad Luchan por fomentar la implicación directa del ciudadano isleño

Un grupo ideológicamente heterogéneo que tiene como objetivo fundamental la reactivación cultural, económica y social de la Isla. Bajo esta premisa nació la plataforma La otra cara de la Isla, cuyos miembros inciden en la necesidad de que los diferentes grupos -y no sólo los políticos- encuentren puntos comunes para que San Fernando se convierta en lo que todos esperan de ella: una ciudad viva.

Pero eso no es todo. Sus aspiraciones no quedan en simples quejas sino que además aportan soluciones, soluciones que, hasta el momento, han encontrado el respaldo de casi todos los grupos políticos ya que su naturaleza contempla "apoyar toda iniciativa que sea beneficiosa para la ciudad con independencia de su marca ideológica".

Algunas de estas reivindicaciones competen, por ejemplo, a la playa de Camposoto, cuyo problema -insisten- "no es la falta de aparcamientos, sino sus dificultades de acceso". Optan pues por habilitar senderos peatonales, para bicicletas, carriles de emergencia e incentivar el uso del transporte público. "La playa es y ha de seguir siendo virgen, pues es su mayor atractivo", dictaminan, "los hoteles son necesarios, sí, pero en el centro".

Siguiendo con la naturaleza como principal -y desaprovechada- fuente de recursos en La Isla citan el parque Bahía de Cádiz, cuyo mantenimiento, reconocen, es lamentable. "Ingentes cantidades de basura y residuos varios he llegado a recoger, personalmente, en la zona de Punta Cantera", indica Toñi Lebrero, una de las impulsoras de la plataforma, quien además recuerda la iniciativa llevada a cabo por la misma para adecentar el cordón dunar de la Punta del Boquerón: "Un acto simbólico que concluyó con varias bolsas llenas de desperdicios", añade Antonio Salceda, otro miembro del colectivo.

Una de sus máximas preocupaciones es la que gira en torno al futuro de la Casa Consistorial. "no podemos permitir que desencuentros entre las administraciones perjudiquen esta gran cuenta pendiente con la ciudad", concuerdan muchos de los componentes. "Echamos en falta un careo en el que todos los implicados expongan sus razonamientos para que el pueblo, posteriormente, pueda sacar conclusiones", añaden sobre la necesidad de que el ciudadano se implique y, por ende, conozca, cuál es la problemática que no permite a La Isla crecer. Crecimiento que, por cierto, no sólo debe entenderse como una mayor superficie de metros cuadrados urbanizada, dado que esto, de nada sirve, "si no se completa adecuadamente con los equipamientos sociales necesarios". Es otra de las quejas que desde la plataforma reivindican a la administración, y más que a ésta, a la propia sociedad: la errónea asimilación ciudadana de que la ciudad empieza en Capitanía y acaba en la alameda del Carmen. "Si agrandasen un poco el espacio entre los paneles lumínicos que ambientan el centro en época navideña, sería mayor el trayecto abarcado por esta ornamentación sin necesidad de invertir mayores recursos en ella", citan, a modo de ejemplo.

De momento son dos los proyectos que ocupan estas mentes luchadoras a corto plazo. El primero de ellos, de corte solidario-infantil, ya se puso en práctica el pasado año, cuando los miembros de la plataforma reunieron víveres para contribuir a la labor benéfica del Pan Nuestro. Una iniciativa que este año quieren expandir a la organización de un gran evento -o varios independientes- con la colaboración de personalidades artísticas cuyas actuaciones sirvan para recaudar fondos a fin de cubrir necesidades infantiles de primera necesidad. No sólo alimentos, sino también material escolar, razón por la cual cuentan con ver materializada esta idea hacia el final del verano.

La segunda iniciativa es de corte cultural, y apela a la nostalgia de unos tiempos donde el Ejército tenía un papel más predominante en La Isla del que conserva la actualidad. "Nos gustaría reunir algún fin de semana a todos los soldados que en su día hicieron el servicio militar obligatorio en San Fernando", apunta José María Cantero. Para ello cuentan ya con el visto bueno del Ayuntamiento y esperan tener en breve la aprobación definitiva por parte de las Fuerzas Armadas, pues, con la puesta en marcha de esta iniciativa, se organizaría un evento a escala provincial que atraería masas de turismo a la ciudad, que insuflarían de vida sus calles y llenarían de clientes sus bares, restaurantes y comercios.

"Buscamos una política de acción indirecta donde los ciudadanos sean los protagonistas", indica Cantero, quien opina que la ciudad "nunca más estará sola" si el isleño abandona su rol de espectador pasivo. Así a las administraciones no les quedará otra que ponerse de acuerdo para satisfacer las necesidades colectivas. "Nosotros contribuiremos a ello desde fuera, como grupo de presión", añade, "porque queremos tener la oportunidad de apoyar diferentes opciones políticas, siempre que éstas vayan en beneficio del pueblo". Los integrantes de la plataforma afirman así participar en todas y cada una de las iniciativas puestas en marcha, tanto desde el sector público como desde el ámbito privado, pues no es baladí el dicho de "las reivindicaciones se predican con el ejemplo", en este caso, para evitar que La Isla se muera.

La otra cara de La Isla, que se declara abierta a todo aquel que quiera formar parte de ella bajo la única condición del respeto hacia los derechos humanos, no quiere más cortinas de humo. A este respecto cabe recordar la infinidad de proyectos que aún no han comenzado a materializarse, los que se pusieron en marcha pero quedaron en agua de borrajas, los que se concluyeron pero nunca abrieron sus puertas, y los que funcionaron durante un tiempo pero acabaron clausurándose por culpa de una mala gestión. "Sean cuales sean los planteamientos, queremos que se lleven a término, y que se hagan dentro del plazo acordado", insisten con el optimismo de contribuir al cambio.

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