San Fernando

La fórmula perfecta del IES Botánico: rimas, humor y mucha ciencia

  • El centro revalida por tercer año consecutivo su éxito en el certamen de ciencias Exporecerca con un trabajo sobre el efecto Doppler defendido por tres alumnas de ESO

Han vuelto a hacerlo. Y ya van tres años consecutivos. Los alumnos del IES Botánico han regresado del certamen científico internacional para jóvenes estudiantes Exporecerca que se acaba de celebrar en Barcelona con un premio doble.

Este modesto centro público de La Isla, que el año pasado saltó a los titulares de los periódicos por la originalidad del trabajo Si Iker lo hubiera sabido, ha repetido la exitosa fórmula que hasta ahora le ha dado tan buenos resultados al combinar el rigor científico con el verso romance y los guiños carnavaleros en una exposición de poco más de quince minutos en la que aborda la complejidad del efecto Doppler. Su título -es una onomatopeya, claro- es Ñiauummm, que viene a ser el ruido que uno escucha cuando pasa cerca una moto a gran velocidad y que viene a explicarse por el cambio de frecuencia de una onda producida por el movimiento relativo de la fuente respecto a su observador. O sea, por el efecto Doppler, que entre otras cosas permite explicar cómo funcionan los radares que Tráfico utiliza para detectar y sancionar a los conductores que sobrepasan los límites de velocidad. De eso va el trabajo que entre notas de humor y rimas ha presentado este 'cuarteto' de tres alumnas de cuarto de ESO -Alba Recio, Ángela Cabrera y Desirée Cantillo- bajo la dirección de Miguel Sánchez Alonso, un profesor de Física y Química apasionado por la ciencia que se ha convertido en el alma mater de todos estos proyectos premiados.

En este instituto isleño, hablar de ciencias es más que una asignatura concreta del programa. Tras todos estos trabajos que recorren ferias, exposiciones y certámenes hay muchas horas que se echan fuera del horario lectivo. E ilusión, ganas por aprender y por enseñar, por inculcar el gusanillo de la ciencia en las mentes más jóvenes.

En este contexto educativo que viven los alumnos de ciencias del IES Botánico, el certamen de Exporecerca viene a ser como una meta. "Para ellos, significa mucho", apunta el profesor Miguel Sánchez al referirse a los chavales que participan en lo que ya se ha convertido para este centro en una cita obligada. "El simple hecho de llegar hasta allí es un logro. Hay una preselección que valora el rigor científico de la exposición. Y luego allí han concursado más de cien trabajos. Que su exposición sea distinguida es un hecho muy relevante", subraya.

Concretamente, la muestra, que este año ha cumplido su décimo quinta edición, ha recogido hasta 113 trabajos de cerca de 250 estudiantes procedentes en su mayoría de España pero también de otros ocho países invitados a participar: Abu Dhabi, Azerbaidjan, Bélgica, Brasil, Eslovaquia, Italia, Perú y Turquía. Las alumnas del IES Botánico eran además las únicas andaluzas que llegaron hasta allí. E hicieron doblete al llevarse dos de los premios que acompañan a los habituales del concurso y que han sido concedidos por sendos patrocinadores del evento: los galardones Ciència en Societat -una distinción que otorga la fundación del mismo nombre y que el IES Botánico ha repetido ya en las tres ocasiones en las que ha participado- y Ciencia en Acción. Este último premio, además, consiste en poder participar con el trabajo en el congreso nacional de divulgación científica que promueve el programa Ciencia en Acción que se celebrará también en Barcelona en octubre. "Hablamos de llevar el trabajo a una cita de primer nivel científico en la que participan profesores, universitarios, investigadores...", precisa Miguel Sánchez.

Recitar el trabajo en verso romance y rimas e intentando arrancar alguna que otra sonrisa del público se ha convertido en una seña de identidad de la casa. Es el traje que uno se pone para conseguir ser más didácticos, para hacer más agradables las explicaciones, apunta el profesor. "Pero detrás hay un trabajo científico de primera y unos conceptos y nociones de física muy complejos", advierte. Sin embargo, consiguen que lleguen con facilidad. En el instituto han hecho la prueba al explicar el efecto Doppler según el modo tradicional y con las rimas. Los resultados no han dejado lugar a dudas.

De gran ayuda resulta también el montaje que acompaña las explicaciones y, por supuesto, lo que más trabajo requiere: las maquetas y artilugios diseñados para los experimentos que permiten poner a prueba la teoría. Tres de estos inventos -bautizados con una gran dosis de humor con los nombres de Sonovisor, CPG (Chicharra Politono Giratoria) y el Dopplereitor- se han llevado en esta ocasión a Barcelona para defender la exposición. Del último de ellos, que literalmente permite visualizar el efecto Doppler, está especialmente orgulloso el profesor Miguel Sánchez. "Hay que agradecer la colaboración del profesor de tecnología, Antonio Herrera", apunta. Y también -no se olvida- de los otros chavales que han participado en el trabajo desde sus comienzos: Rafa, Marta, Patri, Irene y Mario.

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