Joaquín de sola. cantaor flamenco

"De Camarón se toman cositas prestadas, pero no se puede imitar"

  • El cantaor Joaquín de Sola actuará esta noche en el ciclo 'Música en La Mayor' Presentará su primer trabajo discográfico 'Principios', que verá la luz en septiembre

Tiene 26 años, es gaditano afincado en La Isla desde hace muchos años, donde se ha formado como cantaor entre las tablas de la Venta de Vargas y de las peñas flamencas. Define su cante como generoso. Se debe al público y siempre intenta darles más de lo que esperan. Dice que los puristas del flamenco no entienden su arte, porque intenta aglutinar lo más clásico con detalles modernos y, sobre todo, con toques de un sentimiento que le sale del alma. Esto hace que se deje llevar, haciendo lo que realmente le apasiona.

Joaquín de Sola viene pensando fuerte. Su Principios está a punto de ver la luz y quiere que La Isla sea la primera en escucharlo. Septiembre es el mes elegido para que se ponga a la venta su primer disco, que le ha costado mucho esfuerzo sacar al mercado. "Intentamos hacer un mecenazgo a través de una de las plataformas de internet, pero no funcionó como esperábamos y al final he tenido que poner dinero de mi bolsillo", explica Joaquín, siempre con una eterna sonrisa entre nerviosa e inquieta, más que por esta entrevista por todo lo que le espera en el futuro cercano.

Formar parte del ciclo Música en La Mayor es un lujo para él. Está deseoso de cantar ante el público isleño: "Esta va a ser la prueba de fuego, cantaré a La Isla con todo lo que tengo. Estoy muy nervioso y muy ilusionado a la vez", asegura el cantaor. Esta noche a partir de las 22.00 horas se congregará el duende flamenco con toques de guitarras de los dedos de Víctor Rosa. Al cajón, Chino y el bailaor Raúl 'El Bule'.

"Yo siempre he sido muy tímido, nunca he dejado que nadie me escuchara cantar, un día estaba escuchando música en mi cuarto y me puse a cantar, mi padre entró y me preguntó: ¿ese eras tú?". Desde aquel día, su apoyo fue fundamental para su carrera. Su padre apostó por su cante y empujó a Joaquín a que él también lo hiciera. A través de un amigo cantó en un programa radiofónico de una emisora local, donde se describía un homenaje a Camarón. Joaquín, que tenía sus dudas antes de participar, se dejó convencer, se lió la manta a la cabeza y fue a la radio. Aparte de cantar en directo a través de las ondas quisieron contar con él como parte del homenaje que se celebró en julio en la Venta de Vargas. Desde aquel día ha compartido escenario con artistas de la talla de Rancapino, David Palomar o Antonio Canales, ha tenido multitud de actuaciones por toda la provincia y está al caer su obra maestra. El año pasado se proclamó ganador del prestigioso Concurso Nacional de Cante por Alegrías, y ha participado en muchos otros.

En su garganta conviven géneros como la soleá o la chuflilla de Cádiz, el tanguillo, las alegrías y los fandangos. Algunos le encuentran semejanzas con otros como Chaqueta, Chano o Manolo Vargas. Él no, él quiere ser único y por eso sigue cada día aprendiendo. Todavía no se lo cree, no se cree que todo esto le esté pasando y a veces pone en duda su talento. "Cuando Mariana Cornejo me dijo que era una piedra que se podía pulir, decidí apuntarme a clases de canto para formarme todo lo que pudiera, y aún lo hago".

Es muy crítico consigo mismo pero piensa que ya es hora de apostar por esto. Ilusionado considera que la nueva generación del flamenco va a llevar a La Isla al lugar que se merece, aunque confiesa que nunca se podrá comparar con los mitos. "Camarón es un ídolo para todos nosotros, nunca habrá nadie como él. Se pueden tomar cositas prestadas pero nunca intentar imitarlo", asegura. Y es que compartir ciudad con el genio del cante es siempre complicado. Sin embargo, Joaquín asegura que "nunca eso podrá ser algo negativo".

Sus gustos musicales son tan dispares como los palos que toca dentro del flamenco. Su artista favorito es Bob Marley. "Más que su voz es el sentimiento que ponía al cantar, lo que hace que sea el primero que se me ha venido a la cabeza"

Al preguntarle por la Venta de Vargas esboza una sonrisa, "La Venta me ha dado mucho", sus balcones le han servido como escenario privilegiado para el cante.

Agradece la confianza de su productora y de todos los que apostaron por el. Considera que el flamenco sí vende, y aunque será dificil comer de él, lo va a intentar. "Soy un luchador, siempre lo he sido, y para formar parte de este mundo más todavía, aunque a veces he pensado en tirar la toalla, pero sigo aquí". Llega a La Isla con ganas y con mucha fuerza. Porque la nueva generación del flamenco, ya está aquí.

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