El verano siempre termina, para preocupación de muchos. La época de mayor afluencia turística llegará en septiembre a su fin y los hosteleros emprendedores de la calle Real temen no recibir una respuesta a tiempo por parte del Gobierno municipal a un problema que ciertamente afecta al que, hoy por hoy, constituye uno de los pocos motores de actividad económica que hay en la ciudad.

Y es que la normativa autonómica que impone a los establecimientos echar el candado a sus terrazas a las 02:00 horas de la madrugada -una hora antes que el propio local- es claramente insuficiente para una época en la que el sofocante calor impide que la calle cobre vida antes de las diez de la noche. Esta circunstancia, dice Gema González, propietaria del bar cultural La Buhardilla y una de las principales impulsoras en contra de esta medida, "nos obliga a desalojar a la clientela en una de las franjas horarias con mayor actividad", lo cual, dadas las dificultades propias de la estación que está por llegar, "implica echar por tierra el principal remanente con el que todos los hosteleros contamos", añade la empresaria.

Pero el problema no concluye ahí, ya que la normativa no afecta, en cambio, a otros establecimientos hosteleros ubicados en vías colindantes a la calle Real, lo que provoca cierto desequilibrio a favor de éstos que la Administración local -consideran los afectados- debería evitar atendiendo a las leyes del libre comercio.

Más de veinte empresarios decidieron pues organizarse para redactar un manifiesto de denuncia que trasladar al Ayuntamiento. Incluso fue llevado a pleno por el concejal socialista Conrado Rodríguez el pasado 30 de julio. El objetivo no era otro que apelar a la responsabilidad de la Administración en la búsqueda de un consenso que les permitiera prolongar hasta las 03:00 el horario de sus terrazas, esto es, hacerlo coincidir con el cierre del propio local. Pero el Gobierno local -advierten- aún no se ha pronunciado sobre el tema y el tiempo, en este caso, juega en contra para poder aprovechar lo que resta de verano.

Una de las opciones que desde este colectivo se expusieron al Ayuntamiento como posibles soluciones fue la de declarar a San Fernando como Municipio de Alta Concentración Turística, iniciativa que -curiosamente- el PP intentó llevar a cabo hace unos meses y que chocó con el tajante rechazo del comercio tradicional.

Entre los argumentos que esgrimen apuntan a la existencia de una contradicción entre la propia normativa andaluza y al europea. Esta última directiva, incorporada ya al ordenamiento jurídico español, establece que la restricción de horarios es contraria al libre ejercicio de los prestadores de este tipo de servicios. Y a ella se aferran estos empresarios al solicitar una revisión de la ordenanza municipal que, dentro de la flexibilidad otorgada a las administraciones locales, trate de hacer frente a una norma que consideran "discriminatoria, desproporcionada e injusta".

Pero aquí entra en juego la Asociación de Comerciantes de San Fernando -Acosafe- que, según González, se muestra reacia a esta iniciativa porque daría vía libre a las grandes superficies para que pudiesen abrir también los domingos y festivos, lo que creen que ahondaría aún más en su penosa situación. Los hosteleros, sin embargo, no comparten este razonamiento y consideran que las ventajas que puede acarrear la catalogación de San Fernando como Zona de Alta Afluencia Turística pueden ser mayores que los perjuicios.

Desde la oposición, Conrado Rodríguez pide al alcalde, José Loaiza, que se reúna con los afectados para buscar una solución a su problema antes de que acabe el verano. Pide una "mayor agilidad" para atender sus demandas.

Sin embargo, a falta de respuestas, estos hosteleros de la calle Real han tomado la decisión de no ampliar su horario durante la Noche Blanca como medida de protesta (la velada cultural permite excepcionalmente que abran hasta las 04.00 horas).