El robo de la caja se articula en torno a la falsificación de miles de hojas de caja en las que diariamente se llevaba el recuento de ingresos y gastos que se producían en la ventanilla. De ello se advierte tanto en las investigaciones policiales como el doble proceso, penal y contable, que intenta esclarecer lo ocurrido en el área de Hacienda. 

Clemente Ruiz, frente a la demanda presentada por el Ayuntamiento -mediante la que se le piden responsabilidades directas y que responda con su patrimonio de la cantidad millonaria que ha desaparecido- asegura sin embargo que se confunden deliberadamente dichas hojas de caja, que él mismo confeccionaba, con las actas de arqueo diarias, que son las que deben formar el libro auxiliar. 

"A las hojas de caja se le acompañaban otros documentos que explicaban con todo detalle la evolución de la caja, así como cambio de monedas, documentos pendientes de justificar, mandamientos y pagos realizados diariamente y cualquier incidencia que hubiese tenido la caja", apostilla. Sin esa documentación, no pueden entenderse las hojas de caja. 

Además, recuerda, dichas hojas de caja eran comprobadas a diario por la funcionaria que se encargaba de hacer los arqueos diarios sin que nunca hubiese llamado la atención nada sospechoso. "Se comprobaba diariamente todo lo ocurrido en la caja municipal comprobando las mencionadas hojas de caja, verificando existencias y el efectivo de caja para contrastarlo con el programa de contabilidad (SicalWin)". 

Es más, advierte de que dichas hojas de caja fueron presentadas en el Juzgado siete meses después de la denuncia "por las personas que siguieron controlando y dirigiendo el asunto". De ahí que cuestione su validez y se reflexione sobre las garantías de que "no hayan sido modificadas antes, durante o después".