corpus 2012 Procesión del Santísimo, por la mañana

El mejor Corpus pasa desapercibido

  • La notoria ausencia de público en la calle eclipsa las mejoras conseguidas por la comisión, como la organización del cortejo, el cuidado protocolo o la recuperada presencia de las representaciones militares

Hubiera sido una procesión del Corpus casi perfecta -por su meticulosa organización, por su cuidado protocolo- si no fuera por la notoria ausencia de público en la calle. El cambio de horario, que se tanteó por primera vez el año pasado con tímidos resultados, tampoco consiguió en esta ocasión arrastrar la esperada afluencia de público que se pretendía y que se añora desde hace años.

Quizá sea la falta de costumbre, después de tantas y tantas décadas de Corpus vespertino, que siempre cuesta madrugar en una mañana de domingo... O quizá que la gente a la que le interesa el Corpus participa en el cortejo y en la función religiosa que se celebra con antelación (la ceremonia comenzó a las nueve de la mañana). Y al que no le interesa, simplemente, no acude: o se quedó durmiendo o se fue a la playa. El caso es que ayer, literalmente, había más gente dentro de la procesión que afuera, viendo el cortejo pasar desde la acera. Eso sí, la presencia de público fue creciendo discretamente a lo largo de la mañana, a medida que las manecillas del reloj iban acercandose al mediodía y la procesión iba buscando su templo de vuelta.

Con todo, sería injusto decir que la festividad del Corpus no ha mejorado en nada desde que hace un par de años se puso en marcha la comisión organizadora, integrada por el Arciprestazgo de San Fernando y el Ayuntamiento, con el propósito de rescatar del olvido a esta tradición tras años de progresivo declive.

El esfuerzo de la comisión se ha notado. El Corpus se ha revitalizado. Cuenta con un esmerado programa de actos que se ha desarrollado durante las vísperas de la solemnidad y que ha incluido conferencias, conciertos y hasta la representación de un auto sacramental en el Teatro de Las Cortes (El gran teatro del mundo, de Calderón de la Barca, que ha puesto en escena el grupo Odisea).

Y se ha revisado con esmero y meticulosidad la organización y el protocolo del cortejo y -también- de la función religiosa que se celebra con antelación. Nada queda sujeto a la improvisación. Detrás del Corpus -es cierto- hay muchas horas de trabajo de la comisión organizadora. Son múltiples detalles que resultan difíciles pasar por alto: chaqué para la Corporación Municipal y el acompañamiento del Santísimo, el orden de las hermandades, cofradías, asociaciones de fieles, la representación de entidades locales e instituciones, como la Real Academia de San Romualdo, la presencia de autoridades civiles y militares...

El resultado es el Corpus mejor organizado de los últimos años, el más cuidado. Pero también, el que menos público ha tenido. Un cambio que ha sido realmente brillante, aunque solo por dentro. Por fuera no ha tenido el resultado que se esperaba y se merecía.

¿Hay que achacar esa ausencia de público al cambio de horario, al traslado de la procesión a las primeras horas de la mañana? Quizá, en buena medida. Pero antes de emitir un juicio y condenar al Corpus de mañana para volver a lo de siempre, habría que tener en cuenta que, en realidad, el Corpus tampoco arrastraba a mucha gente cuando salía por la tarde, una circunstancia que en su día se hizo notar y de la que también se alertó. De hecho, no hay que olvidar que la comisión se creó, precisamente, con el propósito de devolver a su antiguo esplendor dado su progresivo declive.

Pero el Corpus, a pesar del esfuerzo, es cierto que pierde fuelle. Ayer no hubo ni una sola alfombra floral en todo el recorrido. Y apenas hubo altares, solo los de San José (en el atrio del Consistorio, con la réplica del cuatro del Voto) y de Servitas en la Alameda. Y un detalle: resulta difícil imaginarse siquiera una alfombra de romero más fina de la que ayer se esparció por el itinerario del Corpus. Pero, en fin, estas son las cosas de la crisis y no se le puede reprochar al Ayuntamiento que deje de gastarse el dinero en estas cosas con la que está cayendo.

Sin embargo, también se ha conseguido recuperar una de las señas de identidad más arraigadas de la tradición del Corpus, vinculada en gran medida a la histórica relación de La Isla y la Armada: las representaciones militares. De hecho, uno de los grandes logros de la comisión del Corpus ha sido rescatar esa presencia militar en el cortejo. La de ayer -según el área de Presidencia del Ayuntamiento- fue la más numerosa de los últimos años. La presidió el comandante general de Infantería de Marina, Pablo Miguel Bermudo de Espinosa.

No pasó desapercibida tampoco la ausencia de acompañamiento musical para la Patrona, la Santísima Virgen del Carmen, que procesionó sin banda alguna, al igual que el patrón San José. Se echó en falta. Una procesión es una procesión. La Banda Municipal, que atraviesa uno de los peores momentos de su historia y cuya continuidad pende de un hilo, acompañó a la Corporación Municipal bajo mazas en el recorrido procesional que realizó hasta la Iglesia Mayor Parroquial, antes de comenzar la función religiosa. Luego, abrió el cortejo procesional, delante de los niños de primera comunión.

La Patrona regresó a la tarde a su templo.

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