El Hospital San Juan de Dios del Aljarafe ha iniciado un estudio sobre el uso de técnicas de analgesia psicológica en pacientes con dolor crónico. Es la primera vez que en Andalucía se trabajan estas técnicas con pacientes ya que, hasta el momento, todas las experiencias en esta materia han estado dirigidas a profesionales sanitarios. Este estudio pionero tiene por objetivo establecer una causa-efecto del control del dolor en la calidad de vida de los pacientes que lo padecen.

Para ello, el centro ha puesto en marcha un taller en el que un grupo de 10 pacientes adquieren herramientas para obtener una mayor autonomía en el control y manejo del dolor, asumiendo así un papel mucho más participativo frente a su enfermedad, tratamiento y evolución. La causa del dolor crónico en los pacientes participantes en el estudio es diverso: enfermedades degenerativas, migrañas, fibromialgia, dolor musculo esquelético, neuropatías, etcétera, pero en todos los casos el dolor se convierte en una enfermedad invalidante.

Trascurrido un mes desde el inicio del taller se analizará qué efectos ha tenido la aplicación de estas técnicas en términos de funcionalidad y calidad de vida en estos pacientes y se comparará el resultado con otro grupo de pacientes con el mismo perfil a los que aún no se ha formado en estas técnicas. El dolor crónico puede ir acompañado de una serie de síntomas (ansiedad, problemas hormonales, trastornos de los sistemas inmune y gastrointestinal, disminución de la movilidad, trastornos del apetito y del sueño, etcétera) que menoscaban la calidad de vida de la persona que lo padece que interfiere con sus actividades diarias.

En las últimas décadas el estudio del dolor y su tratamiento se desarrolla desde la perspectiva de diversas disciplinas como el análisis bio-psicológico, el tratamiento multidisciplinario, las teorías sobre neuromodulación, el aspecto paliativo y las estrategias psicológicas, entre otras.

A través de la anestesia psicológica es posible disminuir o incluso suprimir el dolor conservando otras sensaciones, como el tacto, algo que se consigue con la práctica y con un deseo explícito, a través del pensamiento y de técnicas de control respiratorio, de insensibilizar una parte del cuerpo o todo él. Según explica Carmen López, enfermera y experta en analgesia psicológica que coordina este taller "el objetivo es que los pacientes puedan experimentar cómo cuando conocemos nuestro funcionamiento en el plano mental y emocional es posible trascender el dolor y hacer que, a través de estas técnicas de analgesia psicológica seamos capaces de utilizar ese potencial de autosanación que está en todos y cada uno de nosotros".