La menopausia es un fenómeno natural para cualquier mujer que ronde los 50 años. Sus síntomas, a pesar de ser muy molestos, forman parte de la normalidad, excepto si estos aparecen en una edad temprana, algo que sucede entre el 1% y el 3% de los casos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En España, la edad media en la que las mujeres perciben los síntomas de esta alteración hormonal se sitúa en los 51 años, con estos años comienza a desaparecer la menstruación debido a la disminución de los estrógenos que producen los ovarios. Pero en algunas ocasiones este fenómeno, que celebró su Día Nacional el 17 de octubre, se adelanta y aparece antes de los 40, produciendo cambios inesperados con consecuencias a nivel físico y psicológico.

Según Nicolás Mendoza, médico especialista en Ginecología y Obstetricia de Granada y secretario de la Junta Directiva de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM), en la mayoría de los casos se desconoce la causa: "Esta situación se puede producir de forma espontánea o tras el tratamiento aplicado para curar ciertas enfermedades como la radioterapia o la quimioterapia". En los primeros se debe a un defecto congénito o por una alteración de la autoinmunidad: "El riesgo de sufrir esta enfermedad aumenta si la mujer tiene antecedentes familiares".

La disminución de los niveles de estrógenos o su desaparición producen la infertilidad (excepto en un 5% o 10% que puede concebir de forma espontánea), osteoporosis (aumento de la fragilidad de los huesos), enfermedades cardiovasculares e, incluso, la depresión. "Lo más costoso de aceptar para las mujeres con menopausia precoz es la dificultad para tener hijos", explica Mendoza, que reconoce que los tratamientos de la ovulación todavía no son capaces de activar los ovarios para permitir la gestación.

La esperanza de los expertos está depositada ahora en una nueva técnica de reproducción asistida que logró hace tres años que una mujer pudiera ser madre a los 30 a pesar de sufrir menopausia precoz. Aunque todavía está en fase experimental, el proyecto liderado por la Universidad de Standford (Estados Unidos) y la de St Marianna de Kawasaki (Japón) tuvo un éxito relativo (solo dos de 27 lograron gestar). Esta técnica se basa en el hecho de que estas mujeres no tienen ciclos menstruales pero sí cuentan con una pequeña reserva folicular, por lo que se pueden extraer ovarios e introducir después de ser tratados en las trompas de Falopio.

Mientras proyectos como este se desarrollan, los especialistas recomiendan acudir al médico con los primeros síntomas: sofocos, alteraciones del sueño y emocionales, disminución de la concentración mental y del deseo sexual, sequedad vaginal y ausencia de amenorrea (menstruación). "La terapia hormonal es necesaria y siempre recomendable para evitar los molestos síntomas de la falta brusca de estrógenos. Se debe administrar cuanto antes y hasta la edad de la menopausia natural", asegura Mendoza, que la recomienda en todos los casos excepto en los que está contraindicado por enfermedad tromboembólica o tras el diagnóstico de un cáncer hormonodependiente.

Según el secretario de la Junta Directiva de la AEEM, el porcentaje de mujeres tratadas ha descendido por el miedo al tratamiento hormonal. Mendoza aconseja seguir las instrucciones médicas y combinar el tratamiento con un estilo de vida saludable y la atención a la salud mental y emocional para evitar una depresión.

La palabra menopausia tiene todavía connotaciones negativas en nuestra sociedad, que lejos de asimilar este momento como una etapa más lo relaciona con la decadencia de la mujer. Para las que ya han superado los 50, es muy difícil derribar esta vinculación sin sufrir daños psicológicos, pero si además se trata de una mujer que no alcanza los 40 se convierte en muchas ocasiones en una barrera infranqueable sin la ayuda de un profesional.