La publicación ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) de la convocatoria de elecciones municipales para el próximo 22 de mayo, rubricada el pasado lunes por el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, abre de manera oficial un largo proceso electoral que tendrá su punto álgido en la provincia cuando hablen las urnas dentro de 53 días pero que no concluirá hasta medidados de julio, cuando quede constituida la nueva Diputación Provincial de Cádiz.

En la provincia de Cádiz estas elecciones se conciben como una prueba de fuego para el PSOE, que pondrá en liza su clara supremacía de la última década en el conjunto del territorio gaditano. Y es que desde la debacle socialista de las generales de 2000, y una vez que Francisco González Cabaña llegara en diciembre de ese año a la secretaría general de esta formación política, el PSOE ha ganado en las ocho citas electorales celebradas desde entonces, en algunos casos de manera muy holgada (ver gráfico adjunto).

Ahora, sin embargo, en las filas socialistas no las tienen todas consigo, sobre todo a la vista de la caída en picado que todas las encuestas auguran al partido de la rosa. En frente, además, se encontrarán con un PP crecido que tiene el convencimiento absoluto de que dentro de menos de dos meses obtendrá su tercera victoria de la historia en la provincia gaditana, después de las que lograron en las municipales de 1995 y en las generales de 2000. Pero si en ambas ocasiones el triunfo de los populares fue por la mínima, en esta ocasión el Partido Popular aspira incluso a ganar por una clara diferencia, tal y como adelantó en una reciente entrevista en este periódico el número dos del PP andaluz, Antonio Sanz.

Los dos partidos grandes concurren a estas elecciones municipales en la provincia con los mismos objetivos: ganar los comicios en el territorio gaditano, alcanzar el mayor número posible de alcaldías y, sobre todo, hacerse con el poder en la Diputación de Cádiz, una institución que desde la llegada de la democracia siempre ha estado en manos socialistas y que el PP persigue -de momento sin conseguirla- desde hace varios lustros. A diferencia de lo sucedido en elecciones municipales anteriores, los socialistas ya saben que su candidato a presidir la Diputación será su actual máximo responsable, Francisco González Cabaña, mientras que el PP ha optado por no dar un nombre, a la espera de conocer los resultados en el conjunto de las localidades gaditanas. Nombres como los de José Loaiza, María José García-Pelayo, José Ignacio Landaluce o Mercedes Colombo serían, a priori, los que más opciones tendrían.

Del resultado final de las elecciones municipales en la provincia y de lo que suceda con la Presidencia de la Diputación gaditana dependerá en gran medida el futuro de Francisco González Cabaña como secretario provincial del PSOE, un cargo que en teoría debería mantener hasta mediados de 2012 pero que, a la vista de sus diferencias con la ejecutiva regional de su partido, podría estar en peligro en el caso de que no lograra ninguno de sus objetivos claves.

En cualquier caso, nadie puede dar por perdida a día de hoy la Diputación de Cádiz para el Partido Socialista, ya que el peculiar reparto de escaños en esta institución -aplicando la Ley D'Hondt en cada uno de los nueve partidos judiciales- obliga al PP a crecer mucho y en lugares muy concretos para sumar tres diputados más a los 13 que tiene ahora para lograr la mayoría absoluta. A priori, además, los socialistas contarían con una ventaja añadida, ya que tendrían en la recámara el apoyo tanto del actual regidor de Puerto Real, José Antonio Barroso, como del ex alcalde de Jerez, Pedro Pacheco, en el caso de que ambos o al menos uno de ellos lograra mater cabeza en la nueva Corporación provincial que salga de las urnas.

En un segundo escalón, aunque muy lejos de PSOE y PP, se situarían Izquierda Unida y la coalición andalucista, que pelearán una vez más por ser la tercera fuerza política de la provincia. En 2007 esta medalladebronce cayó del lado izquierdista, aunque en esta ocasión los andalucistas concurren de nuevo unidos, tras varios años de escisión de PA y PSA. Entre los objetivos de IU están mantener sus alcaldías actuales -sobre todo Puerto Real y Conil- y en seguir siendo determinantes en la Diputación, mientras que los andalucistas tienen como principal reto conservar las alcaldías de San Fernando y Ubrique, aunque también tienen muchas confianzas puestas en Puerto Real y Los Barrios.

A todas estas formaciones hay que sumar Unión, Progreso y Democracia, el partido de Rosa Díez que estará presente en aproximadamente una quincena de localidades gaditanas, y a las formaciones independientes, tanto las que suman uchos años presentándose a estos comicios locales como las de nuevo cuño. En el primer apartado destacan siglas como Roteños Unidos -el único partido localista que ganó en 2007 y que ha recuperado a su líder indiscutible, Lorenzo Sánchez-, el CIS de Sanlúcar, AI-Pro en Arcos, IP de El Puerto o USR y el PIVG en San Roque. Y entre las de nueva creación -17 partidos se han inscrito desde las elecciones municipales de 2007 hasta el pasado lunes- las miradas estarán puestas en Chiclana (con el partido de los propietarios de viviendas ilegales y el del ex de IU José Pedro Butrón), Jerez (con la vuelta de Pacheco y el partido de las pedanías), Puerto Real (con la formación política creada en la barriada del Río San Pedro), San Fernando (con el partido Ciudadanos por San Fernando creado en el centro de la ciudad) y Barbate (con la formación nacida para defender los intereses de Zahara de los Atunes).

Con el miedo a una alta abstención -en 2007 votó sólo el 56% del censo- los partidos inician ahora un proceso que permitirá que el 22-M las urnas elijan a los 716 concejales de la provincia. Ellos serán quienes 20 días después, el 11 de junio, nominarán a nuestros 44 alcaldes.