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Provincia de Cádiz

"No necesitamos más investigadores públicos, hacen falta en la empresa"

  • El ex secretario de Estado de Universidades, Miguel Ángel Quintanilla, implora una mayor implicación del sector privado para crear riqueza con nuestro potencial científico · "No crearemos un mundo alternativo, más justo, sin tecnología"

Miguel Ángel Quintanilla Fisac, tercer conferenciante del ciclo Anticipar el futuro construyendo el presente, organizado por Diputación y patrocinado por Unicaja y Grupo Joly, llegó a decir ayer tarde, ante un aforo repleto de universitarios, un centenar de veces la palabra 'izquierda'. Y lo hizo para decir esto: "La innovación es usar el conocimiento para generar riqueza introduciendo en la producción de bienes novedades que te hacen competitivo". Naturalmente, esto no es un discurso de derechas o izquierdas: es para lo que sirve la innovación. Por lo que Quintanilla, que es tan científico como político, que ha sido gestor, que desde los años 80 ha participado en leyes para impulsar la ciencia en nuestro país, que ha ostentado el cargo de secretario de Estado de Universidades, lo quiso matizar desde su etiqueta de izquerda, que no solo no negó, sino que subrayó en un discurso muy crítico con ella: "Que las trayectorias tecnológicas sean orientadas por los ciudadanos y no por el mercado. Esa es la visión de izquierdas de la innovación".

Quintanilla quería romper unos cuantos tópicos, y el primero tenía un apellido muy liberal: "La competitividad no es patrimonio del liberalismo, es más, la izquierda necesita ser competitiva y eso solo se consigue con tecnología e innovación". Un segundo mito es que la economía social se basa en la economía pública: "No, la izquierda no está contra el capitalismo, sino contra la especulación". Con lo que el conferenciante confía en el futuro pensando en el mercado y al mercado solo se puede acudir con algo nuevo, con algo atractivo, con exclusivo. Esto es, innovación.

Desgraciadamente, esto no se puede hacer porque no tenemos científicos, porque no investigamos, porque los que tenemos se van al extranjero... "No, de nuevo", dijo tajante Quintanilla. Exposición del estado de las cosas: "No es cierto que en España no se investigue. La ciencia española genera el 1,4% del PIB y sin la crisis estaríamos ya en el 2%, somos la octava potencia mundial en investigación y, si bien es cierto, que hay investigadores que se van al exterior, también es cierto que otros vienen de Europa porque consideran atractivo investigar aquí".

Vaya, pues cuál es el problema. Varios y muy graves, según el análisis de Quintanilla. "No nos hacen falta más investigadores en la Universidad, en el sector público, los necesitamos en las empresas porque investigamos mucho, estamos a la vanguardia, pero patentamos muy poco. No transferimos el conocimiento al mercado". La explicación se halla en varios factores. "Durante décadas nuestros empresarios han preferido comprar tecnología exógena porque suponía menos riesgo que invertir en producir tecnología propia". Y por qué otra vez. Un dato: "La media de formación de la clase empresarial está por debajo de la media de formación de la población general porque el alumnado más formado escogía concursar en la función pública, mientras quien estaba construyendo una empresa no tenía tiempo de dedicarse a la formación".

Vamos llegando poco a poco al meollo, a esa llamada de Alemania que reclama cerebros a cambio de producir lo que ellos piensen, no dejar su esfuerzo en el laboratorio: suspenso en cultura científica. La ciencia interesa muy poco en este país. "Igual que creamos seguidores de equipos fútbol, sabiendo que no todos serán futbolistas, tenemos que crear seguidores de la ciencia porque sabemos que el 99% de los estudiantes de Ciencias de educación secundaria no serán científicos, pero sí pueden ser sus seguidores y los que tirarán de la empresa para que apuesten por innovación propia".

Una vez que el profesor lanza el rapapolvo, suaviza con alguna buena noticia que otra. Se realizó una encuesta europea, dentro de ese marco "de izquierdas" de hacer la tecnología que el público quiere y no la que desee, con indudable éxito, el mercado -"Facebook es un buen ejemplo de esto"-. El resultado es que la tecnología número uno, la que ganó con gran diferencia la encuesta, era la de crear órganos que pudieran ser aplicados a los trasplantes. Eso es lo que quiere Europa y esa es una de las líneas de investigación en la que España está muy por encima que cualquier otro país del mundo. "Somos líderes en investigar lo que la gente quiere", se felicitó Quintanilla.

Pero si esa tecnología no entra en el mercado, la riqueza irá a otro lugar donde se invierte en ella. De ellos será la patente. Y ese, y no otro, es el secreto de que "el futuro nos pertenezca. No hay un mundo alternativo, el mundo más justo que quiere la izquierda, sin tecnología".

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