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Provincia de Cádiz

Navantia entrega el primero de los buques a Venezuela

  • El embajador venezolano en España, Julián Isaías Rodríguez, agradeció el esfuerzo que se realiza para terminar en el plazo estipulado el resto de buques encargados

El astillero isleño de Navantia fue escenario ayer del "hito más importante de un programa naval": la entrega del primer buque de una serie. Así definió el presidente de Navantia, Aurelio Martínez, la transferencia del Buque de Vigilancia Litoral (BVL) Guaicamacuto a la Armada de Venezuela, una vez han concluido los trabajos de construcción. El buque parte hoy hacia las instalaciones de la compañía en Puerto Real y el día 18 hacia el otro lado del Atlántico. A bordo irá una dotación de 44 tripulantes, que ayer formaba junto al barco a pesar del fuerte chaparrón que cayó a mitad de la ceremonia (y que soportaron de manera estoica). Por la mañana, las precipitaciones y el fuerte viento que azotó en Puerto Real habían obligado a la suspensión del bautismo del patrullero Yekuana.

Acudió a la ceremonia el embajador de Venezuela, Julián Isaías Rodríguez, que ya durante su discurso dejó claro que las relaciones con España, concretamente en el plano comercial, seguirán adelante con total normalidad a pesar del auto del juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, en el que se vincula al país sudamericano con ETA y las FARC (la guerrilla colombiana). En su alocución destacó el trabajo realizado para entregar este buque en el plazo estipulado, y el esfuerzo que se hace para cumplir con el restos de entregas. Con este contrato "contribuimos a mantener la estabilidad de los trabajadores, con los que se identifican nuestras políticas sociales", apuntó.

Más tarde, Rodríguez atendió a los medios de comunicación e insistió en que "hasta el momento" las relaciones entre ambos países continuarán por la senda de la normalidad. Su Gobierno, señaló, ya ha dado las explicaciones que pedía España a través de un comunicado y una conversación con el ministro español del ramo, Miguel Ángel Moratinos. "Hemos analizado al detalle el auto y comprobamos que hay más conjeturas que presunciones, que están fundamentadas en la información encontrada en la ordenadora de Raúl Reyes (número dos de la guerrilla colombiana). No sabemos cómo se explica su verosimilitud, cuando estuvo un tiempo en manos del ejército colombiano y es posible que fuera manipulada", explicó.

Se encaminó el embajador de Venezuela en España, tras estas palabras, acompañado de otras personalidades civiles y militares -entre ellos el comandante general de la Armada venezolana, Carlos Aniasi Turchio- hacia el Guaicamacuto, el primero de los cuatro BVL que Navantia tiene acordados con Venezuela. Para su construcción, reseñó el presidente de la compañía, han hecho falta unas 677.000 horas de trabajo, cuya carga soporta en buena medida la industria auxiliar. Sin perder la compostura la nueva tripulación del Guaicamacuto aguantó en formación ante el buque - junto al segundo comandante, Jorge Agüero Montes- el viento y la tromba de agua que arreció mientras el nuevo comandante recibió el pabellón venezolano y el gallardete de mando que minutos después ondeaban en la nave.

Algo similar ocurrió por la mañana en el dique de Puerto Real. La lluvia intensa y rachas de viento de hasta 120 kilómetros por hora obligaron a la suspensión de la ceremonia de bautizo del Yekuana, el tercer Patrullero Oceánico de Vigilancia de la Zona Económica Exclusiva (POVZEE), y el traslado de los discursos hasta el edificio de dirección. Allí, los asistentes asistieron a un improvisado acto no exento de descoordinación, motivado por lo inesperado del temporal. Incluso la madrina, Lorena López de Toro, tuvo que pronunciar bajo techo sus palabras de agradecimiento previstas para la ceremonia a cielo abierto. Sólo el párroco, ya habitual en este tipo de eventos, se quedó ayer sin protagonismo en Puerto Real. Mientras, el Yekuana quedaba en el dique de Matagorda, compuesto y sin botadura.

677.000

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