Provincia de Cádiz

La estirpe temporera 2.0

  • Un colegio de primaria de Puerto Serrano, un pueblo de jornaleros marcado por la emigración, utiliza su designación TIC para crear un foro digital que le sitúa en la vanguardia de la educación en Andalucía

Olympe de Gaugues murió guillotinada en 1793. En 1791 había publicado la Declaración de los Derechos de la Mujer. ¿Habían oído hablar de ella? Juan López, profesor de Primaria en en el colegio San José Artesano de Puerto Serrano, no. Sí había oído hablar de ella esa chica calladita del último pupitre. Se llama Maricarmen, tiene diez años. Es más bien tímida, le cuestan las matemáticas. Su padre trabajaba en la construcción y su madre es ama de casa. Hubo un momento en que entró en el blog del aula y quiso contar la historia de Olympe de Gaugues. Lo hizo en cuatro capítulos. Quiso, al fin, comunicarse y descubrir a su heroína, Olympe de Gaugues. No es el único caso. Ángela, de 5º A, la chica que no hablaba con nadie, ha escrito un cuento que habla de un duende y un lago. José Manuel, el polvorilla de mirada traviesa que no lee un libro ni por enfermedad, ha escrito un comentario a Ángela y dice que el cuento le parece precioso. Ángela habla ahora con la gente, con sus compañeros, casi todos hijos de temporeros.

El artífice de esta transformación es Juan López, un profesor cordobés que llegó hace 22 años a Puerto Serrano y se encontró un único ordenador en todo el colegio, en todo el pueblo, con un trapo puesto para que no cogiera polvo. Introdujo la era digital en un pueblo aislado de unos 7.000 habitantes que espera cada año la temporada de la fresa y la uva en Francia y la aceituna en Jaén para recolectar jornales que permitan vivir para el resto del año. Ahora, un 40% del alumnado tiene conexión a internet en casa.

"Son los hijos los que están enseñando a sus padres las utilidades de la era digital. Yo les explico que, aunque vayan a ser jornaleros como sus padres, necesitarán esta herramienta para arreglar papeles, rellenar formularios, pedir ayudas... ellos lo entienden muy bien". La segunda semana de febrero el colegio entrará en una nueva era. Desaparece la denominación TIC que ha permitido dar este primer paso. Llegan los 98 ordenadores de la época 2.0, los ordenadores con los que la Junta intenta que cada alumno tenga su propio ordenador. Los chicos están impacientes. "Muchos han pedido a los Reyes la conexión a internet y los Reyes han cumplido. Ahora tienen que venir los 'reyes' de la Junta", cuenta Juan.

En la plaza principal de Puerto Serrano, junto a la cafetería Happy Eye, hay un monolito que cuenta la historia dorada de Puerto Serrano, cuando era una población clave en la economía del triángulo Sevilla, Cádiz, Málaga. En el siglo XVII sus molinos junto al Guadalete producían harina permanentemente. De aquellos molinos sólo quedan las ruinas y, desde entonces, sus habitantes han tenido que irse fuera para ganarse el pan. Sobre la fuente hay un azulejo que habla de que la dignidad de un pueblo se mide por el trabajo de sus habitantes. De la plaza sale una calle que pica hacia arriba llamada la avenida de las Escuelas. Ahí está el cuartel de la Guardia Civil, la guardería temporera, el instituto y los dos colegios de Secundaria, separados por una calle, pero con una gran brecha. Uno es TIC, sus alumnos estudian con ordenadores; otro no, sus alumnos estudian con libros y siguen métodos tradicionales. Ahora, la era 2.0 les igualará.

Juan, que mantiene una relación continua con sus alumnos a través del blog, afirma que "he podido conocer de mis alumnos intereses, preocupaciones y capacidades que sin esta herramienta hubieran quedado ocultas. No se puede utilizar el ordenador como si fuera un libro. Si el ordenador sólo sirve para que, en vez de escribir en un cuaderno, se escriba en un procesador estaremos desaprovechando las enormes posibilidades que pedagógicamente se nos ofrecen".

Este colegio no se encuentra solo. El Pablo Olavide, en el cercano Prado del Rey, tiene un programa similar que le ha valido el reconocimiento de todas las instancias educativas. Buena parte de culpa de ello lo tiene el Centro de Educación de Profesores de la Sierra, que trabaja en la vanguardia de Andalucía en la aplicación de tecnología. Su jurisdicción abarca un rosario de pueblecillos, entre los que se encuentran algunos de los más pobres y con más paro de la región. Sin embargo, se está viviendo una auténtica revolución en las aulas que está acabando con el aislamiento de muchas de estas poblaciones, descubriendo horizontes impensables para chicos cuyo destino, de haber nacido treinta años antes, era seguir el camino de sus padres. Todo se engloba en el proyecto Omerique y en el twiki, una herramienta de "trabajo colaborativo", utilizada y recomendada por el Centro Pedagógico de las Tecnologías de la Información y la Comunicación de Ginebra (CPTIC). Entre los lugares del mundo que lo utilizan -con cerca de 30.000 webs- el CEP de la Sierra de Cádiz aparece como uno de sus principales experimentadores.

Pero Juan quiere que las herramientas de las que dispone también arraiguen en el territorio. Entre las sugerencias de la página interactiva del colegio, que incluye talleres de matemáticas y de lectura, está el apartado "cosas de abuelos". Allí se pide a los niños que hablen con sus abuelos y escriban lo que les cuenten. Hay trabalenguas, chistes, acertijos e historias de vidas marcadas por la supervivencia. Ayer un niño escribió sobre una bota pinzota, vieja canción popular que concluye con que "quien no diga bota pinzota de la pinzotín de la bota rota no beberá vino de la bota pinzota de la pinzotín de la bota rota ". Atravesando trabalenguas y abismos digitales los aislamientos serán historia. En eso cree firmemente Juan y sus compañeros en este pueblo a medio camino de cualquier parte.

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