En los últimos años estamos asistiendo a un claro avance demográfico de especies cinegéticas que, como el corzo (Capreolus capreolus), han sabido adaptarse a los nuevos usos de nuestros campos y sierras y han desarrollado estrategias adaptadas a las nuevas condiciones. Sin embargo, esta prosperidad ha venido acompañada de algunos problemas asociados a las actividades del hombre. Según Javier Madrid, director general de Gestión del Medio Natural, la caza genera en Andalucía unos 3.500 millones de euros. Un total de siete millones de hectáreas están destinadas a la actividad cinegética.

Durante el siglo pasado se produjo en algunas áreas la desaparición del exclusivo ecotipo de corzo que puebla Andalucía, que es diferente genéticamente de los de otras regiones. Javier Madrid, director general de Gestión del Medio Natural de la Consejería de Medio Ambiente, explica que actualmente se dan dos circunstancias en contra del corzo: "la primera, la mano del hombre, que como casi siempre no mantiene de forma adecuada sus hábitats ni los requerimientos básicos que posibilitan la vida de esta especie. Y también, aquella que tiene que ver con sus enemigos". De hecho, se ha producido un crecimiento de las poblaciones de ciervo y cochino silvestre, que pueden predar sobre sus crías y compiten con ventaja frente a él

Todo esto, según el director general del Medio Natural, "produce una presión sobre este animal que se traduce en la reducción de la especie a dos áreas. Una localizada en Sierra Morena, en la confluencia de las provincias de Ciudad Real, Córdoba y Jaén. La otra, relativamente mejor conservada, se ubica en las sierras de Cádiz y Málaga". En esta última, según datos de la consejería recopilados en 2007, se calcula una densidad media que oscila en torno a 8 corzos por cada 100 hectáreas, hasta un máximo de 15/100 ha en algunas fincas privadas. Estas cifras habían crecido desde 2004 como resultado de que la Consejería de Medio Ambiente puso en marcha un Centro de Cría y Conservación del Corzo en Álcala de Los Gazules, aprovechando la existencia de un cercado de corzos gestionado por la Administración ambiental en el enclave de El Picacho, "lugar donde se ubica el corzo y desde donde se producen las investigaciones y actividades necesarias para su desarrollo", aclara Javier Madrid.

Este centro se creó como Estación de Referencia del Corzo Andaluz para coordinar la conservación, cría y repoblación de la especie, mejorar su conocimiento como ecotipo de elevado interés y pieza de caza valiosa y singular.

La Consejería ha puesto en marcha recientemente, el plan de gestión y reintroducción del corzo en Andalucía con el objetivo de consolidar e incrementar el área de distribución de la especie en esta comunidad autónoma. El desarrollo de esta estrategia ha venido propiciado entre otros aspectos, por el creciente interés cinegético que suscita el corzo. Según, Javier Madrid, son dos los intereses que han movido a la Junta para llevar a cabo este proyecto. Por un lado, "es una obligación moral como Administración Pública y como ciudadanos andaluces evitar que desaparezca y consolidar esta especie en nuestro territorio". Y por otro , "existe un factor que no pasa desapercibido, el económico. Es un plan que pretende el desarrollo económico y social de Andalucía",concluye Javier Madrid.