"Lamento no poder expresar a V.E. una interpretación personal valedera ya que yo mismo estoy confuso sobre tantas apariciones como se vienen registrando en estos días". El 2 de abril de 1974, el jefe de la Segunda Región Aérea se dirigía al ministro del Aire en estos términos. La frase, que muestra bien el desconcierto de los mandos del Ejército ante el fenómeno OVNI, figura en un documento confidencial que pertenece a uno de los 80 expedientes desclasificados por el Gobierno que el Ministerio de Defensa ha digitalizado y colgado en internet. En su carta al ministro, el teniente general menciona varios casos y uno de ellos lo ubica en Jerez.

Según explica el alto mando militar, el 17 de marzo de 1974, una persona (el nombre ha sido eliminado en el documento desclasificado) "manifestó haber visto" un "objeto volador no identificado que le siguió por la carretera de Sanlúcar a Jerez".

El teniente general le dice al ministro que sobre esa y otras "apariciones" que indica en su carta no ha "ordenado información"; esto es, que no ha solicitado investigación alguna. Su argumento: que lo dispuesto es que únicamente debe ser abierta una investigación en caso de que las apariciones sean comunicadas por escrito a la Jefatura de la Región Aérea.

No hubo averiguación alguna, pues, acerca del OVNI que un testigo afirmó haber visto en la carretera que une Jerez con Sanlúcar. Y tampoco sobre otros avistamientos registrados en esa época que cita el mando militar.

La referencia a ese caso ocurrido en la provincia de Cádiz figura en un expediente sobre otro que sucedió en Aznalcóllar, en la cercana provincia de Huelva. Entre los 80 expedientes desclasificados que publica ahora Defensa sólo hay uno sobre un avistamiento en la provincia gaditana: el de un OVNI que observaron en La Línea un sargento y dos soldados hacia las once menos cuarto de la noche del 13 de octubre de 1968.

El expediente explica que esas tres personas "vieron cruzar por su vertical, del NW al SE, un objeto compuesto por tres luces brillantes, de color blanco intenso, situadas en los vértices de un supuesto triángulo equilátero". Los testigos no apreciaron forma alguna, añade, "a excepción de la disposición de las luces: una fija en la parte delantera del triángulo y las correspondientes a los otros dos vértices intercambiando su posición, cruzándose entre sí". El tránsito del objeto de horizonte a horizonte se produjo en diez segundos, a unos 3.000 pies de altura, según la estimación de los tres militares, que no apreciaron ruido ni señal acústica alguna.

El expediente señala que ese aspecto, la ausencia de sonido, es el más destacable. Anota también que una consulta a la Estación de Robledo de Chavela no aportó datos útiles que pudiesen explicar el avistamiento, y concluye: "La escasez de datos impide aventurar hipótesis justificativas del fenómeno con un grado suficiente de fiabilidad".