"No había otra salida", "no queríamos llegar a esta situación pero no ha quedado más remedio", "igual ahora esto no se entiende pero a la larga se verá que era lo mejor para el partido"... Frases manidas que se utilizan para justificar cualquier postura inesperada constituyeron el arsenal que empleó ayer el grueso de los dirigentes del PSOE de Cádiz que se posicionaron a favor de la rebelión impulsada la tarde del miércoles por la federación andaluza de este partido contra la ejecutiva federal que lideraba -o lidera aún, según la versión de cada cual- Pedro Sánchez.

Históricamente el PSOE de Cádiz nunca se ha posicionado de manera unánime en ninguna cuestión. Si hay una provincia donde este partido ha vivido más divisiones internas, esa es sin duda la gaditana. Pero esa división está hoy muy difuminada. La rebelión de los críticos contra Pedro Sánchez no ha gustado a muchos socialistas gaditanos, eso es cierto, pero que esos nuevos oficialistas se unan para conformar un frente que le lleve la contraria a la dirección provincial -y por extensión a la dirección andaluza, y por extensón a Susana Díaz- parece una tarea harto complicada.

Porque esto es muy claro: ya no hay término medio, y quien se alinee ahora con Susana Díaz se está situando frente a Pedro Sánchez, y viceversa. Y puestos en esa tesitura, los apoyos gaditanos a Sánchez, que los hay, suponen claramente una minoría ante la legión de seguidores que tiene la lideresa del PSOE andaluz.

Con este panorama ayer fue un día de tristeza y de análisis privados en las filas socialistas. Nadie -ni entre los críticos, ni por supuesto entre los oficialistas- estaba contento con el espectáculo vivido la tarde del miércoles en la madrileña sede de Ferraz.

Pero casi nadie quiso abrir la boca. La dirección que lidera Irene García cerró filas con Susana Díaz en el comité director del PSOE andaluz celebrado por la tarde en Sevilla, y el resto de dirigentes socialistas optó por el anonimato, a la espera de que la batalla que se prevé para el sábado dictamine quién manda ahora en este partido.

Y los poquísimos dirigentes que ayer hablaron en público optaron por pasar de soslayo por los últimos acontecimientos. Así, el portavoz del Grupo Socialista en el Ayuntamieto de Cádiz, Fran González, dijo que su partido estaba viviendo un momento histórico "sin precedentes", pero optó "por responsabilidad" por no posicionarse a favor de uno u otro bando.

Salvo que desde Sevilla se fije una orden contraria, a lo largo de la jornada de hoy los representantes del PSOE gaditano en el comité federal del partido emprenderán su viaje a Madrid para estar presentes en el transcendental cónclave de mañana. Entre ellos no habrá pedristas y sí defensores a ultranza de las teorías que enarbola Susana Díaz. Y esta unión se hace extensiva también al conjunto de diputados y senadores que representan al socialismo gaditano, los cuales, según se asegura desde la maquinaria del partido, jamás votarán algo en Madrid sin el visto bueno previo de la secretaria general del PSOE andaluz.

En una clara situación de guerra civil interna, los socialistas gaditanos recurren no obstante a un mensaje esperanzador de cara al futuro, convencidos de que tras la tempestad siempre viene la calma, y que esa tranquilidad la traerá el próximo congreso federal. "Este partido discutirá siempre pero jamás se romperá", reflexionaba ayer un histórico socialista.