Noche y día. En lo único que condicen la patronal bodeguera y los sindicatos es en su disposición a negociar, pero las posiciones de una y otra parte en la negociación del XXV Convenio de la Vid son demasiado distantes. Así lo entiende la representación social, que por mandato de la asamblea de trabajadores inició ayer las movilizaciones, que en una primera fase consisten en concentraciones de los delegados sindicales a las puertas de las bodegas con apoyo de los empleados en el cambio de turno.

Las protestas comenzaron ayer en Bodegas Fundador, en Jerez, y proseguirán mañana en Osborne, mientras que la próxima semana están previstas tres nuevas concentraciones en bodegas y fechas aún por determinar. Los sindicatos advierten de que esto es sólo el principio, pues los trabajadores aprobaron por unanimidad en caso de no registrarse avances en la negociación endurecer las movilizaciones progresivamente, hasta llegar en último extremo a la huelga, con lo que se paralizaría la producción en la época de mayor actividad, como corresponde a las semanas posteriores a la vendimia.

La representación social en la comisión negociadora explica en un escrito dirigido el viernes a Fedejerez y a la dirección de las empresas que la clave está en la pérdida de poder adquisitivo que aceptaron "coyunturalmente" los trabajadores en el anterior convenio para ayudar a las empresas a paliar la crisis. En su escrito, recuerdan que ambas partes acordaron entonces la suspensión del concepto de antigüedad y del censo de eventuales "atendiendo a una coyuntura de crisis y por un periodo temporal determinado". Aquello fue una salida "forzada", insisten los portavoces sindicales en su carta, que reivindican el restablecimiento de ambos conceptos o el establecimiento de "alternativas equiparables, no inferiores o injustas".