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Francesca Friz-Prguda. Representante de Acnur en España

"Es cuestión de voluntad política: si se quiere se puede"

  • Recuerda que en España hay medios, comunidades, municipios, ciudadanos e instituciones preparados para la acogida de los refugiados.

El 86% de los 65 millones de refugiados que se calcula existen en el mundo están acogidos en países pobres o en vías de desarrollo, o estados vecinos a los conflictos. Muchos otros, sin embargo, miran para otro lado y Europa no es una excepción. "A nivel global las instituciones están fallando, sí. No está funcionando la capacidad de los estados de ponerse de acuerdo en el reparto colectivo. Es un fracaso dramático", lamenta Francesca Friz-Prguda, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que ayer recibía el premio Las Cortes en San Fernando.

Habla de una Siria en una guerra, con 7 millones de desplazados de manera interna y 5 fuera, más el impacto de población acogida en los países vecinos, más aquellos que han llegado allí buscando refugio desde otros países, como Irak. "Una megracrisis. Nunca se había producido un situación de refugiados de tal magnitud", admite. Esas proporciones ha hecho sombra en este tiempo a otras situaciones por las que las personas huyen de la violencia, de las represalias. Hay desplazados de Irak, de Afganistán, de Paquistán y Friz-Prguda no se olvida del África Subsahariana: de quienes han perdido su hogar y sufren las consecuencias de los conflictos en Sudán, Sudán del Sur, República Centroafricana, Eritrea, Etiopía o Somalia.

Siria, sin embargo, también ha hecho visible la falta de actitud de los gobiernos, tristemente evidente en el caso de Europa, para asumir una responsabilidad a la que están obligados. "La protección internacional emana del impacto de la Segunda Guerra Mundial, de la cantidad de desplazados que hubo, del sufrimiento de los pueblos. Se dijo entonces: nunca jamás. El asilo es un aprendizaje directo de eso", recuerda. ACNUR, de hecho, nació de la necesidad de buscar un lugar para el millón y medio de europeos que habían huido de esa guerra. "Es preocupante esa falta de memoria europea", señala y menciona a países del Este europeo que no hace tanto generaron refugiados, que recibieron una actitud abierta de otros países y ahora dan la espada.

No incluye a España curiosamente. Aquí no siente el rechazo de la sociedad que sí se aprecia en otras partes de Europa. Aquí la parálisis en la llegada de personas que piden asilo se debe a la dinámica, a la velocidad de la administración pero sobre todo a "la voluntad política". "Los problemas técnicos se dieron al principio, pero estamos hablando de que el compromiso de acogida es de hace un año", deja claro. De los 17.400 sirios que corresponde a España en el reparto de la Unión Europea sólo ha llegado un 3%. "Si se quiere, se puede", insiste la representante de ACNUR en el territorio español, que sabe perfectamente de la disposición de las regiones, las ONGs, los municipios... "Las comunidades autónomas, los ciudadanos, los municipios, las universidades, académicos nos han contactado para darnos su apoyo. Hay docenas de oportunidades, ofrecimientos de acogida, de becas..., dan acceso a educación y a salud", expone sobre esa logística que está activada, mas sin entrar en funcionamiento. Hace por ello un llamamiento al gobierno que entre para que "se tome más en serio el problema, escuche la voz de la sociedad española". "Tenemos esperanza de que una vez salgamos de la paralización política, el Estado español se implique. Mi oficina está a disposición", asegura a pesar de todo.

No es lo único en lo que España necesita un cambio, porque como advierte Francesca "las devoluciones en caliente [en las vallas de Ceuta y Melilla] son ilegales porque no respetan las garantías individuales que estas personas tienen a pedir asilo".

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