El reloj acababa de marcar las doce del mediodía cuando el campanario de la Iglesia Mayor retumbó con fuerza. El repicar anunciaba el inminente comienzo de un solemne acontecimiento que se repite cada 24 de Septiembre y que ayer se encargó de despertar de nuevo a La Isla a su gran fiesta de Las Cortes: el izado de la bandera.

Antes, las compañías de Infantería de Marina que participaban en el acto habían conseguido el aplauso del público al dirigirse en formación a los puestos que ocuparían durante este acto con el que la Armada garantizó un año más su presencia en esta jornada, esta vez con el comandante general de Infantería de Marina, Jesús Manuel Vicente Fernández, como máxima autoridad militar. La alcaldesa, acompañada de la responsable de ACNUR, Francesca Friz-Prguda, y del presidente del Parlamento andaluz, Juan Pablo Durán Sánchez, hicieron su aparición en la calle Real en ese momento. La regidora sonreía y saludaba al público -numeroso- que se había congregado en el centro para presenciar la parada y, especialmente, el posterior desfile que, a pesar de su brevedad, continúa conquistando al público isleño.

La bandera, portada ceremoniosamente y escoltada por una unidad ataviada con los uniformes históricos de la Infantería de Marina, fue izada minutos después con el boato requerido y en presencia de la Corporación Municipal y otras autoridades locales para dar comienzo oficialmente a la jornada del 24 de Septiembre en la calle.

Antes, una charanga se había encargado de recorrer el centro para anunciar a los vecinos que era un día de fiesta. Y que había que disfrutarlo en la calle. Los edificios constitucionales habían abierto sus puertas y se habían visto ya algunos trajes históricos de los entusiastas participantes de las recreaciones que ayer, nuevamente, tuvieron su hueco en este nuevo aniversario de Las Cortes. Son todo un clásico de la jornada.

Los miembros de la asociación histórico-cultural 24 de Septiembre no faltaron a su cita. Su ya indispensable recreación del cuadro del Juramento de los diputados que pintara Casado del Alisal hizo que en la Iglesia Mayor parroquial fuera prácticamente imposible encontrar un hueco a esas horas. Sería bueno contar con más tiempo o con más pases para que la representación llegara a más gente.

Por su parte, la Fundación Legado de Las Cortes, entidad que integra a la popular Guardia Salinera, tomó el Sitio Histórico del Puente Zuazo y el Real Carenero, un enclave que ayer adquirió si cabe un mayor simbolismo. Allí concentró todas las actividades que desarrolló a lo largo del 24-S: exhibiciones de formaciones militares y armas de época, dioramas, visitas guiadas al Real Carenero y exposicionesdidácticas y proyecciones audiovisuales que consiguieron ambientar este entorno histórico. En la apertura de la jornada coincidieron el alcalde de Puerto Real con el primer teniente de alcaldesa isleño y los concejales de Cultura de ambos municipios.

Nuevamente, la Feria de la Tapa en el Parque volvió a convertirse en el punto de reunión para cientos de isleños que se acercaron así hasta este enclave para disfrutar de esta jornada de fiesta y de su gran cita gastronómica. Allí, precisamente, en el Parque se había celebrado durante la noche anterior el concierto Remember Queen, la gran apuesta de ocio de la programación de este 24-S: un tributo a la mítica banda británica que también fue una recreación histórica, aunque esta vez de las mejores actuaciones de Freddie Mercury. El concierto consiguió reunir a un numeroso público en la velada de la víspera.

Aunque la gran fiesta de Las Cortes contó también con más música gracias a la retransmisión de la ópera Otello que se representaba en el Teatro Real de Madrid -hermanado con el de La Isla- y a la que pudo asistirse ayer tarde desde el Centro de Congresos.

El centro de la ciudad tuvo sus momentos aunque estuvo lejos de ofrecer el aspecto multitudinario que en susprimeras ediciones regalaba el 24-S, quizás a falta de un programa de actividades más potente que más allá de la Feria de la Tapa llene la jornada en sus horas clave para asegurarse la permanencia del público en la calle.