Sucesos

Un preso que mató a otro y a su novia hiere de gravedad a 4 funcionarios

  • El recluso golpeó además a otros dos trabajadores penitenciarios de Puerto 3 cuando lo escoltaban para salir al patio.

Eran las nueve y media de la mañana cuando dos funcionarios conducían con mucha precaución al preso al patio desde su celda en el módulo 15 de Puerto 3, una de las setenta en las que permanecen encerrados los reclusos más peligrosos de toda España. Con un metro noventa de estatura y más de 120 kilos de peso, F. J. R. no era menos violento e imprevisible que el resto de sus compañeros de galería. “Físicamente se parecía al protagonista de La Milla Verde”, comentó a este periódico un portavoz de los trabajadores penitenciarios. Acababa de ser trasladado desde Córdoba. Le habían caído otros 17 años de prisión por haber matado en la prisión de aquella ciudad a otro recluso hacía dos años. F.J.R. ya cumplía condena por el asesinato de su propia novia en circunstancias que se desconocen. Y había protagonizado otros altercados en la prisión de Morón.

 

Nada más reingresar en Puerto 3, F. J. R. volvió a dar muestras de su nula adaptacion al entorno en el que pasará al menos los próximos veinte años. “No sé exactamente qué fue, pero algo le incomodó lo suficiente como para llevarse toda la noche, como suele decirse, rumiando algo en su celda...”, relató la misma fuente.

 

En principio, al salir hacia el patio no dio muestras de agresividad pero, de repente, se revolvió violentamente contra los funcionarios que le escoltaban. De algún pliegue de sus ropas –o quien sabe si de la boca– sacó una pletina metálica muy afilada. “La pudo haber extraído de una ventana o de los interfonos”, explicó el portavoz de los funcionarios. Se abalanzó sobre uno de los guardias. Le pinchó y le hizo un corte de unos tres centímetros en el cuello. Muy cerca de la yugular. Muy cerca de no haberlo podido contar. Con el otro puño le asestó un golpe brutal a su compañero en la mandíbula, hasta el punto que le hizo saltar el aparato dental. Al tercero de los funcionarios le rompió la nariz de un puñetazo. A un cuarto le propinó un corte en el brazo. Ante la extrema violencia del agresor, hasta el lugar de los hechos se desplazaron el resto de los trabajadores del módulo y buena parte de los del resto de la plantilla. Muchos de ellos resultaron también heridos por contusiones y arañazos de carácter leve cuando intentaban reducir al recluso.

 

El funcionario agredido por el preso con la improvisada arma blanca en el cuello sufrió además un esguince cervical y necesitó de tres puntos de sutura. Otros dos precisó el que se llevó el puñetazo en la nariz.

 

Ángel Luis Pereira, delegado del CSIF en el centro penitenciario y secretario provincial de prisiones de la central sindical recordó a este periódico que este es ya el tercer incidente que se registra en el módulo 15 de Puerto 3. “Carecemos de un protocolo de actuación especial que garantice nuestra integridad física en casos de presos muy peligrosos como éste”, lamenta el portavoz sindical.

De hecho, los cuatro sindicatos con representación en el centro penitenciario –Acaip, APFP, UGT y CSIF– vienen solicitando desde hace más de dos meses una reunión con la dirección para tratar de encontrar soluciones a la insostenible situación de conflictividad que se vive en el módulo 15, donde sólo hay un funcionario por cada diez presos, “cuando en otras prisiones este tipo de módulos a los sumo disponen de 30 o 36 celdas y cinco trabajadores”.

 

La casualidad ha querido que este violento episodio que pudo costarle la vida a alguno de los funcionarios sucediese un día después de que la dirección del centro penitenciario accediese por fin a reunirse precisamente hoy con los portavoces sindicales para tratar este asunto. Los cuatro sindicatos tienen previsto para la semana que viene analizar con mayor profundidad la situación que se vive en el módulo 15 de Puerto 3.

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