Provincia de Cádiz

Registran 668 varamientos de cetáceos y tortugas en seis años

  • Ecologistas en Acción apunta al tráfico marítimo, a las maniobras militares, a enmalles y palangres y a los plásticos como causas

La red de varamientos de cetáceos y tortugas marinas del Grupo Delphis ha registrado 668 varamientos en el litoral gaditano en los últimos seis años, según se desprende del informe de su actividad desde 2010 difundido por este equipo de voluntarios integrado por miembros de Ecologistas en Acción y de la asociación Submarinistas en Acción de la Universidad de Cádiz.

De todos los varamientos, 293 correspondieron a cetáceos de 14 especies diferentes de las 30 que pueden avistarse en aguas de la provincia. La mayor parte de los ejemplares cuya especie pudo identificarse en función de su estado (un 68%) fueron delfines listados (33%), seguidos de delfines comunes (18%), delfines mulares (6%) y marsopas (2%).

Entre las tortugas, las más abundantes resultaron ser las tortugas bobas (74%) y las tortugas laúd (9%). A un 17% de los ejemplares hallados no se le pudo atribuir ninguna especie dado el avanzado estado de descomposición que presentaban.

El año en el que se registraron mayor número de varamientos de cetáceos fue 2010, con 74, mientras que 2014 fue en el que menos se detectaron, con 30. Los periodos en los que los voluntarios de Delphis recibieron más avisos fueron los comprendidos entre diciembre y abril (con marzo a la cabeza) y entre agosto y septiembre (con agosto con el mayor número de hallazgos). La mayor parte de ellos tuvieron lugar en playas del Campo de Gibraltar, sobre todo en las de Tarifa, pero también los hubo en el litoral jandeño e incluso en la Bahía de Cádiz. Hace poco se expuso al público el esqueleto de la cría de rorcual común que apareció varado en enero de 2012. Las tortugas, en cambio, suelen encontrarse en arenas de la Costa Noroeste.

Entre las causas no naturales que están detrás de los varamientos de cetáceos, los voluntarios de Delphis destacan la interacción del tráfico marítimo -especialmente intenso en el Estrecho-, el efecto de los sónares de los barcos, que desorientan a los delfines, y las maniobras militares.

Según el informe, las tortugas marinas suelen ser víctimas, además de infecciones, de artes de pesca como los enmalles y los palangres, la pesca fantasma (capturas en aparejos perdidos o abandonados) y de la ingesta de plásticos. Además, actualmente se estudia la relación entre el calentamiento global y el aumento de los varamientos de tortugas marinas.

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