20-d. elecciones generales

Un repóquer de incógnitas

  • La irrupción de Podemos y Ciudadanos abre un mar de dudas sobre el escrutinio en una provincia en la que PP y PSOE se juegan no sólo la supremacía sino la vigencia del bipartidismo

¿Conseguirá el PP ganar por segunda vez consecutiva unas elecciones generales en la provincia de Cádiz? ¿Logrará el PSOE cerrar el círculo logrando su cuarto triunfo consecutivo en suelo gaditano? ¿Mantendrá Podemos su tendencia al alza o empezará a desinflarse? ¿Qué Ciudadanos veremos, el que sorprendió en las andaluzas de marzo o el que defraudó en las municipales de mayo? ¿Y logrará IU amarrar el escaño en el Congreso que se le escapó de entre los dedos hace cuatro años? Son cinco las formaciones que aspiran a obtener representación en las Cortes Generales por la provincia de Cádiz en los comicios del 20-D. Un repóquer de opciones políticas y también un repóquer de incógnitas que empezarán a despejarse mañana mismo, cuando por la noche dé inicio las campaña electoral más incierta que se recuerda.

Todas las miradas, obviamente, se dirigirán hacia Madrid no sólo la noche electoral del 20 de diciembre sino presumiblemente a lo largo de unas Navidades en las que las negociaciones postelectorales tendrán que dirimir la Presidencia del Gobierno español para la próxima legislatura. Pero en medio de esa guerra, la provincia de Cádiz vivirá una batalla electoral con muchos intereses enfrentados. Y un millón de votantes tendrán que repartir 13 escaños: nueve al Congreso y cuatro más al Senado.

A esta contienda el PP y el PSOE llegan con un objetivo idéntico: lograr el triunfo en la circunscripción gaditana. Y ambas formaciones tienen argumentos para ser optimistas. Los populares, por ejemplo, se agarran a la escasa ventaja con que fueron derrotados por el PSOE en las municipales (apenas 6.000 votos) y entienden que tener a Teófila Martínez de cabeza de lista es siempre una garantía. Y además confían en que Rajoy siga remontando en intención de voto, como apuntan algunas encuestas. El mensaje de que ha sido el Gobierno del PP el que ha logrado que España supere la crisis será repetido hasta la saciedad durante la campaña.

Los socialistas, por su parte, también tienen a lo que agarrarse. "Si hemos ganado las últimas elecciones europeas, andaluzas y municipales en la provincia de Cádiz, ¿por qué no vamos a hacerlo también en las generales?", se preguntan sus dirigentes. Saben a ciencia cierta que su partido vivió épocas mejores, eso es indiscutible, pero confían en que, si el PSOE tiene que perder terreno ante las fuerzas emergentes, ese paso atrás será compensado por el desplome que están convencidos que volverá a sufrir el PP. Con Salvador de la Encina estrenándose como cabeza de lista, los socialistas también tienen su propio mensaje que van a reiterar como una cantinela: los recortes de Rajoy han hecho mucho daño a los españoles.

Pero, pese a sus diferencias, PP y PSOE persiguen dos metas idénticas: ambos sueñan con amarrar cuatro escaños al Congreso por la provincia, aunque dependiendo de cómo transcurra el escrutinio, igual hasta brindan si se quedan con tres. Y ambos partidos, además, tienen una misión compartida: salvar otra vez a un bipartidismo que parece deshilacharse aunque, quizás, no al ritmo que algunos quisieran.

Y esos "algunos" son evidentemente Podemos y Ciudadanos, las dos formaciones de nuevo cuño que se estrenan en unas generales. Ajenos a lo que dicen las encuestas (supuestamente uno está estancado y otro crece como la espuma), ambas formaciones se contentarían si lograran dos escaños por Cádiz. Para ello tirarán de dos candidatos de perfiles muy diferentes: Podemos cuenta con Noelia Vera, una periodista de apenas 30 años involucrada en Madrid en el equipo de confianza de Pablo Iglesias, y Ciudadanos ha depositado su confianza en Javier Cano, letrado de la Diputación y con una experiencia de cuatro años y medio como concejal en San Fernando, donde ha hecho oposición primero al PP y ahora al PSOE.

La diferencia entre unos y otros radica en que Podemos llega a esta cita sabiendo ya lo que es gobernar (Cádiz, Puerto Real o El Puerto) lo cual puede ser un aval o un lastre, según la visión de cada cual. Y Ciudadanos en cambio está inédito en esa faceta, aunque tiene a su favor la buena valoración que sigue teniendo su líder indiscutible, Albert Rivera.

En este repóquer de candidatos no se puede descartar tan a la ligera a Izquierda Unida, que concurre a este programa bajo la candidatura denominada Unidad Popular-IU y en la que están aglutinadas otras formaciones minoritarias de clara ideología izquierdista. Con Santiago Gutiérrez (número dos del gobierno municipal de Medina Sidonia) como cabeza de lista, Unidad Popular-IU persigue una vez más el sueño de recuperar el mítico escaño que ocupara Rafael Alberti entre 1977 y 1979 y del que se despidieron en las generales de 2004. Pese a todo, los izquierdistas saben que no tienen por delante una tarea fácil. Si en 2011 a Manuel Cárdenas se le escapó ese escaño por un puñado de votos, ahora con Podemos en la misma línea de salida todo se ha complicado en exceso.

Son estos los cinco partidos que están llamados a partir el bacalao en las próximas dos semanas. Es cierto que hay seis candidaturas más (PACMA, UPyD, VOX, Partido Comunista de los Pueblos de España, Recortes Cero-Grupo Verde y Partido Libertario) pero, salvo sorpresa extraordinaria, la presencia de todos ellos se presume testimonial o, al menos, como apuestas para un futuro más lejano.

La batalla de Cádiz está servida: 11 partidos, 13 escaños y 18 días por delante. Y un millón de gaditanos como jueces.

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