Provincia de Cádiz

Del manicomio a la atención comunitaria

Se cumplen 25 años de la apertura del Hospital Clínico de Puerto Real. Un cuarto de siglo desde que empezó a andar este complejo hospitalario que no ha dejado de crecer. Los primeros en celebrar esta efemérides han sido los primeros usuarios que tuvo la infraestructura sanitaria pública: los pacientes de salud mental.

Echar la vista atrás, en este caso, casi produce que nos echemos las manos a la cabeza por el tratamiento que recibían unos enfermos que estaban prácticamente recluidos en los antiguos manicomios.

El clínico, en sus inicios, disponía de un hospital psiquiátrico, un concepto que excluía de la sociedad a las personas con esa enfermedad, por lo que era imposible que se recuperasen. En la mayoría de los casos, incluso estaban fuera del sistema sanitario y tenían muy poca atención. "En un psiquiátrico se podía dar el caso de que un solo neuropsiquiatra de zona viese al día a 80 o 90 pacientes en dos o tres horas", reconoce Eulalio Valmisa, Director de la Unidad de Gestión Clínica de Salud Mental de Puerto Real.

Afortunadamente, eso ha cambiado y las personas con alguna patología relacionada con la mente ya se recuperan en su medio. "El cierre del psiquiátrico trajo consigo la creación de alternativas totalmente centradas en la comunidad", explica Valmisa.

En Puerto Real se cuenta con una unidad de hospitalización, una comunidad terapéutica (para pacientes que requieran un ingreso más prolongado) y una unidad infantil. A esto se le suma la unidad de rehabilitación del Puerto de Santa María, y las unidades comunitarias de Chiclana, Vejer y el Puerto. Han entrado otros profesionales en escena. Psicólogos clínicos, terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales o enfermeras especializadas, forman un equipo multidisciplinar que es la base de la recuperación de los pacientes. También existe una red de recursos para el apoyo a estas personas, que no son sanitarios sino sociales, gracias a la Fundación Andaluza Para la Integración Social del Enfermo Mental (FAISEM). Sin embargo, aunque el sistema es el adecuado y ya se ha encontrado el camino correcto, siguen siendo necesario mas recursos.

Eulalio Valmisa apunta a un dato que "siempre se olvida o no se sabe" y es la alta frecuencia de la enfermedad mental en todo el mundo. A lo largo de la vida, una de cada cuatro personas va a sufrir algún tipo de trastorno mental, ya sea leve o grave, y va a requerir la ayuda del sistema sanitario. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que la enfermedad mental será la primera causa de incapacidad en el mundo en 2020.

Aunque aún queda mucho por hacer, estos 25 años de presencia en el Hospital de Puerto Real han servido para echar una mirada al pasado y ver todo lo que se ha avanzado. No sólo en los tratamientos sino en la concepción de la persona con enfermedad mental, de ser una persona excluida a ser incluida en la comunidad.

Sin embargo, no es sencillo. "Nos movemos entre la libertad de la persona para decidir sobre su propia vida y la enfermedad que puede hacerle lo contrario, coartar su libertad", dice Valmisa.

Por tanto, el principal trabajo consiste en que la persona reconozca que se le puede ayudar, "pero nuestro papel no es controlar a las personas con enfermedad, como muchas veces se nos ha atribuido", explica. "Hay tantas enfermedades como personas que la padecen. No podemos generalizar y hablar de incapacidades de pareja, por ejemplo. Hay muchas personas que pueden tener una vida absolutamente normal y otras no tanto. Pero también hay personas que no tienen problemas de salud mental y tienen otras limitaciones".

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