DOMINGO VILLERO. DECANO DEL COLEGIO DE INGENIEROS TÉCNICOS INDUSTRIALES (COPITI)

"El ingeniero gaditano ha de ser profeta en su tierra; ese es el reto"

  • Reclama la unión de las distintas administraciones para relanzar a la provincia "Hace falta una actitud colectiva de verdadero cambio", asegura

-¿Qué salud tiene hoy la profesión en la provincia?

-Nuestra profesión tiene una salud envidiable. La ingeniería en nuestra provincia está muy asentada y con presencia en todo el espectro social, teniendo compañeros que trabajan en la administración, docencia, empleados por cuenta ajena, empresarios y autónomos. Los casi 2.000 ingenieros que aglutinan a todas las denominaciones que a lo largo de la historia ha tenido nuestra profesión.

-Asume el cargo de responsable andaluz del Consejo. ¿Qué exigencias distinguen a esta provincia del resto de Andalucía?

-Nuestra provincia es una verdadera joya a nivel industrial, con una potencialidad muy grande que nos distingue en Andalucía. Toda esta potencialidad debe ser conjugada con el mundo empresarial para que podamos vender fuera todo lo que es capaz de generarse y crearse dentro. Falta que aumente la densidad de pequeña y mediana empresa y que se apueste definitivamente por la innovación tecnológica como punta de lanza necesaria para la creación de empleo de calidad. A todo ello hay que sumar dos fuentes de talento como son las escuelas de Ingeniería de la provincia, en Puerto Real y en Algeciras. Hay ingredientes de sobra, pero faltan buenos cocineros.

-¿La ingeniería en la provincia ha mejorado en el último año como parecen indicar los datos de recuperación de la crisis?

-En nuestro Colegio Profesional vislumbramos cierta recuperación económica desde un punto de vista objetivo. El visado de los proyectos de ingeniería caía año tras año durante esta crisis a un ritmo de un 20% anual (a lo largo de 6 años), y en este ejercicio se observa un claro punto de inflexión e incluso un leve repunte. Ello indica que se está generando y recuperando actividad industrial y ello necesariamente ha de ser buena noticia. Hay que ser muy prudente, pero la luz al final del túnel va llegando.

-Hay profesionales que se han ido de Cádiz para encontrar salida laboral en el resto de España y en el extranjero. ¿Es una 'fuga de talento' o es inevitable?

-La destrucción de tejido empresarial en nuestra provincia ha motivado a muchos de nuestros ingenieros a salir fuera de nuestras fronteras. En otros países y en otras regiones su talento es muy apreciado y demandado, pero bien es cierto que aquellos que un día se vieron forzados a dejar su tierra son nostálgicos de su provincia y en un muy alto porcentaje, si las condiciones laborales fueran propicias, volverían sin dudarlo. Tenemos que aprender de esos lugares y motivar a que todo ese talento que se ha formado en la provincia desarrolle su potencial aquí; se ha invertido en su formación y el beneficio debe revertir en desarrollo local. Pero hasta que todos los actores de la industrialización miremos al mismo punto y de una manera decidida, ello no será posible. En nuestro colectivo hemos creado un plan de retorno de ingenieros en el portal de empleo creado en nuestro consejo general (en la web www.proempleoingenieros.es) que se nutre de todas las ofertas en ingeniería que se reciben en el país. El ingeniero gaditano ha de ser profeta en su tierra, ese es el reto.

-¿Se está comportando mejor la administración pública que la iniciativa privada?

-Creo que hace falta un compromiso muy decidido desde ambas perspectivas. Nuestra provincia ha sido la más castigada del país en desempleo y necesita una apuesta incondicional de la Administración que aporte ese empujón necesario para crear empresas y autónomos. Sin empresas no hay empleo, pero sin técnicos innovadores, preparados y comprometidos, dichas empresas no darán el necesario giro para consolidarse. Ojalá las iniciativas como la ITI sirvan de catalizador para que de una vez las administraciones estatal, autonómica y locales trabajen mirando hacia el mismo punto, ese que tanto demanda y necesita la sociedad.

-¿Qué puede exigir la profesión para que la provincia de Cádiz dé un salto de calidad en el sector industrial?

-Hace falta crear, abordar sectores tecnológicos, nuevos materiales y nuevos procesos que van saliendo de la I+D+i. Pero para ello hace falta una formación de calidad, universitaria y no universitaria, unos colegios profesionales implicados en la sociedad, que sirvan de nexo entre el mundo académico, el día a día de la calle y las necesidades de las empresas. Hace falta una administración implicada y dialogante, abierta a nuevas propuestas colectivas y no a individualidades de funcionarios que en muchos casos están más que desmotivados. En definitiva, hace falta una actitud colectiva de verdadero cambio. La sociedad está harta de egos individualistas que siempre frenan al verdadero espíritu emprendedor. No podemos aburrir y discriminar a quienes muestran su lado más creativo. Diálogo en abundancia y voluntad decidida de administraciones. Es hora de despegar.

-¿Se depende en exclusiva de las grandes empresas tractoras o la industria auxiliar tiene su peso específico?

-Lo ideal es el mix entre ambas; no se entiende un ecosistema donde una gran empresa no se vea respaldada por un tejido industrial auxiliar preparado y especializado según la demanda del mercado. El dato objetivo es que en la provincia el número de empresas es inferior al resto de Andalucía y es más que necesario animar al emprendimiento. Pero, a estas alturas, o existe un entorno favorable de apoyo institucional, crediticio y administrativo, o difícilmente los autónomos y empresarios se aventurarán a crear empleo. La burocracia es asfixiante, así como la presión impositiva, y ambos son factores que no ayudan a tomar ese camino.

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