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Provincia de Cádiz

Otro día perdido en la almadraba

  • Los almadraberos de Barbate explican que no se quejan por las inspecciones "sino porque lo hacen lento y mal y nos paralizan la actividad". Del 90% de lo pescado, sólo hay validado el 10%.

En el muelle pesquero de Barbate las risas de los primeros días de la campaña almadrabera han desaparecido sustituidas por una incertidumbre que se palpa en el ambiente. Los pescadores observan pasar el tiempo sin poder terminar su trabajo, viendo como ya han encerrado en las piscinas de engorde el 90% de la cuota de este año (que asciende a unas 800 toneladas) pero sólo está validada el 10% por la inspección pesquera del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Los almadraberos barbateño no quieren que nadie los mal interprete. "No nos quejamos porque nos inspeccionen, nos quejamos porque lo hacen lento y mal, porque nos paralizan la actividad. Así que estamos, un día más, con los brazos cruzados, sin poder empezar a engordar los atunes. Y lo que resulta más lamentable aún es que presuman de hacerlo muy bien cuando es complicado hacerlo peor y más lento".

La empresa Pesquerías de Almadraba SA ha realizado una fuerte inversión. Además de la cuota asignada por el Gobierno, unas 211 toneladas, ha comprado los derechos de pesca de atunes a las flotas vasca, cántabra y catalana, a 10,65 euros el kilo, lo que suma unos 7 millones de euros. Esta inversión, al igual que los 200 puestos de trabajo que dependen del engorde de los atunes, que prolonga la campaña hasta septiembre, está en el aire.

Ayer varios almadraberos veteranos hablaban con este diario en la nave que su empresa tiene en el muelle barbateño con indisimulada indignación ante la actitud de la inspección de pesca. "Aquí estamos parados un día más sin que aparezca ningún inspector, perdiendo mareas, perdiendo tiempo y hasta la paciencia. Nos perjudican por todos sitios", dice Tomás, un almadrabero con 24 años a sus espaldas y que ha conocido desde los buenos tiempos hasta el inicio de las limitaciones de cuota. "Tenemos que esperar que ellos vengan a grabar, esperar a que nos dejen trabajar, porque ahora mismo no podemos hacer nada. La pesca está casi hecha, pero no nos dejan terminarla ni empezar con el engorde de los atunes", se quejaba.

Barbate, uno de los pueblos con más paro de la provincia, vive estos días pendiente de que su almadraba, que este año confiaba en crear más trabajo en la zona, consiga reactivar la actividad. Tomás llegó a decir ayer "parecemos delincuentes y sólo somos pescadores. ¿Cuántas veces quieren que les pasemos los atunes de una piscina a otra para grabarlos, que se van a asfixiar los bichos de tanto movimiento?".

Tomás, que tiene una niña de 10 años y un crío de 8, recuerda que "aquí trabajamos como si fuéramos temporeros. Como sigamos así van a hundirnos".

Igual de molesto estaba Juan, un copejeador que lleva 15 años trabajando en la almadraba y que criticaba ayer la lentitud con la que los inspectores están realizando su labor. "Aquí trabajamos seis meses, y si ahora que podemos llevar un sueldo a nuestra casa tampoco nos dejan pues mal vamos. Tenemos seis piscinas llenas de atunes y aún no hemos podido ni cerrarlas. Esto es una cadena, hay mucha gente en Barbate que vive de la almadraba, no sólo nosotros, también está la gente que pesca caballa para darle de comer a los atunes o la gente de tierra". Además, se queja Juan de que son los hombres ranas de la propia almadraba los que trabajan para inspección pesquera. "Aprovechan nuestros medios. Cuentan el pescado cuando pasa del copo a la recámara, ¿no les vale con eso?".

Domingo también tiene dos hijos pequeños y está con las carnes abiertas estos días. "Somos 80 padres de familia aquí parados. Nos están poniendo el pie en el cuello para que no nos levantemos".

También indicaba este veterano almadrabero barbateño que "nosotros no podemos controlar la claridad del agua. Yo aquí llevo trabajando desde el año 99 y nunca he visto esto. Ni los narcos tienen tantos controles como nosotros. Lo que no puede ser es que nosotros tengamos que estar pendientes de que ellos hagan bien su trabajo. Nos están tratando fatal. ¿Cuántos veces tienen que contar los atunes por Dios? Están jugando con nuestros puestos de trabajo. Hacemos lo que ellos dicen pero mientras ellos comen en El Campero nosotros estamos aquí dándonos bocados".

La desesperación por la paralización que está sufriendo la almadraba barbateña está llegando a tal punto que los trabajadores no descartaban ayer iniciar movilizaciones y protestar ante la sede de la Subdelegación de Gobierno de la capital gaditana.

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